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¿Qué es la anemia y cómo podemos prevenirla?

30 octubre, 2017 Nutrición y dietetica

La anemia es un trastorno muy común, que se debe a la disminución de la concentración de hemoglobina, asociada o no a la reducción del número de glóbulos rojos. La hemoglobina se encarga de transportar el oxígeno a los diferentes tejidos del cuerpo, por lo que detallamos a continuación los posibles signos y síntomas que puedan ocasionarse:

SIGNOS Y SÍNTOMAS

• Cansancio (el más frecuente)
• Vértigo, dolor de cabeza
• Grietas o hinchazón de la lengua
• Comisuras de la boca
• Palidez en piel, boca y uñas
• Sensación de “palpitaciones” o dificultad para respirar
• En los niños pequeños retraso en el crecimiento, poco apetito
• Caída intensa del cabello y uñas quebradizas, entre otros

La gravedad de la anemia va desde leve hasta severa, en base a su causa y diagnóstico precoz y adecuado.

¿QUÉ LA PROVOCA?

La causa más frecuente es por disminución de hierro (ferropénica), debida a dieta pobre en este mineral, o sangrados repetidos sin tratamiento. La principal causa en las mujeres es la menstruación abundante y/o por varios días, mientras que en los hombres se debe al sangrado del tubo digestivo. Sin embargo, puede ser debida a muchas otras causas, como déficit de vitamina B12, ácido fólico, enfermedades crónico-degenerativas, trastornos autoinmunes, y enfermedades de la propia médula ósea.

¿CÓMO PODEMOS DIAGNOSTICARLA?

Es sencillo. Debemos tener la sospecha clí- nica en pacientes que presentan los signos y síntomas referidos. Por ello, la exploración física es un pilar muy importante en su diagnóstico. El estudio analítico inicial debe ser un hemograma, que se obtiene por extracción de sangre de las venas del brazo. Con él podemos diagnosticar si existe anemia y orientarnos sobre la causa, aunque es posible que se precisen más estudios para llegar al diagnóstico final. Esta prueba nos sirve, además, para valorar la respuesta al tratamiento que se haya iniciado al paciente. Otros estudios complementarios son la determinación de hierro en sangre y de depósito, vitamina B12, ácido fólico, así como función renal y hepática si se sospecha alteración en estos órganos, entre otros.

¿CÓMO PODEMOS PREVENIRLA?

La buena alimentación tiene un papel fundamental, y debe incluir alimentos ricos en hierro, por ejemplo: lentejas, alubias, mejillones, espinacas, acelgas, cacahuetes, huevo, carne roja, etc. Asimismo, la práctica habitual de ejercicio suave también ayuda.

¿CÓMO LA TRATAMOS?

Tras haber identificado la causa de la anemia debemos actuar para corregirla. Si se debe a déficit de hierro, iniciaremos con recomendaciones dietéticas y suplementos por vía oral. Se recomienda que éstos sean tomados en ayunas, acompañado de zumo de naranja si es posible, ya que éste tiene altas concentraciones de vitamina C que ayuda a la absorción intestinal del hierro. Deben dejarse al menos 30 minutos tras la toma para consumir alimentos, procurando evitar cereales dado que disminuye su absorción. Algunos pacientes pueden presentar mala tolerancia al tratamiento oral, principalmente con malestar digestivo, a pesar de tomar los suplementos más novedosos que teóricamente los evitan. En estos pacientes podemos valorar la administración de hierro por vía intravenosa, que debe realizarse en el hospital. También es importante considerar que si se debe a sangrado frecuente o repetitivo debe tratarse éste. Una situación de especial interés es el embarazo, dado que la anemia por disminución de hierro se presenta frecuentemente debido a que aumentan de manera normal las necesidades del mismo. Si fuese debido a disminución de vitamina B12 o ácido fólico se inicia suplementación por vía oral o intramuscular de éstos. En caso de enfermedad crónica, el tratamiento va encaminado a corregir la enfermedad de base, por ejemplo, si se debe a problemas del riñón o enfermedades reumáticas, se deben de tratar. La transfusión de concentrados de hematíes es otra alternativa, pero sólo está indicada cuando los síntomas de los pacientes sean tan importantes que se considere que no se beneficiarían de otros tratamientos al momento o a corto plazo. Recordar que aunque presenta un margen muy alto de seguridad no está exenta de complicaciones y precisa de consentimiento firmado por parte del paciente, o bien su representante legal si son menores de edad, o incapacitados para tomar la decisión.

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