¿Qué es la Afasia?
La afasia es una afección neurológica que se produce como consecuencia de una lesión o una alteración en el funcionamiento de la parte del cerebro encargada de la comunicación. Llimita el habla, la expresión escrita y la capacidad para entender y comprender el lenguaje verbal o escrito.
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Tipos
En función de la zona afectada y la gravedad del daño sufrido, la afasia se puede clasificar en tres tipos:
- Afasia expresiva. Las personas que sufren este tipo daño presentan dificultades para expresarse. Hablan con oraciones cortas y omiten palabras. Sin embargo, son capaces de comprender lo que dicen los demás.
- Afasia integral. Las personas con este patrón de afasia pueden hablar con facilidad y fluidez, pero usando oraciones largas y complejas que no tienen sentido o contienen palabras irreconocibles. En general, les cuesta comprender el lenguaje oral y suelen no darse cuenta de que los demás no los entienden.
- Afasia global. Es el tipo de afección más grave y surge a raíz de daños importantes en el cerebro. Este patrón de afasia se caracteriza por la aparición de discapacidades graves de expresión y comprensión.
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Causas
Por lo general, la afasia está provocada por un accidente cerebrovascular. Es decir, por la muerte de las células cerebrales o el daño en la zona del cerebro encargada de la comunicación. Asimismo, cualquier lesión grave de la cabeza puedo originarlo.
En algunas ocasiones, pueden aparecer episodios temporales de afasia como resultado de migrañas, convulsiones o un accidente isquémico transitorio.
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Síntomas
Los síntomas más frecuentes en personas que sufren afasia son:
- Hablar con oraciones cortas o incompletas.
Decir o escribir oraciones sin sentido.
Sustituir una palabra o un sonido por otro.
Decir palabras irreconocibles.
No comprender conversaciones de otras personas
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Tratamiento
En la actualidad, todavía no existe un tratamiento efectivo con medicamentos ni con otro tipo de estimulaciones y su evolución se limita a la mejoría lograda con terapias del habla y del lenguaje. Además, pocas personas logran recuperar el nivel de comunicación previo a la lesión.