Es un trastorno en el cual los dos ojos no se alinean en la misma dirección y, por lo tanto, no miran al mismo objeto al mismo tiempo. La afección se conoce más comúnmente como "ojos bizcos" (estrabismo convergente).
Causas
- Síndrome de Apert
- Parálisis cerebral
- Rubéola congénita
- Hemangioma cerca del ojo durante la lactancia
- Síndrome de incontinencia pigmentaria
- Síndrome de Noonan
- Síndrome de Prader-Willi
- Retinopatía del prematuro
- Retinoblastoma
- Lesión cerebral traumática
- Trisomía 18
- Botulismo
- Diabetes (causa una afección conocida como estrabismo paralítico adquirido)
- Enfermedad de Graves
- Síndrome de Guillain-Barré
- Lesión en el ojo
- Intoxicación por mariscos
- Accidente cerebrovascular
- Lesión cerebral traumática
- Pérdida de la visión por cualquier enfermedad o lesión ocular
Síntomas
- Estrabismo (ojos bizcos).
- Visión doble.
- Ojos que no se alinean en la misma dirección.
- Movimientos oculares descoordinados (los ojos no se mueven juntos).
- Pérdida de la visión o de la percepción de profundidad.
Pruebas y exámenes
- Reflejo corneal a la luz
- Prueba de oclusión/desoclusión
- Examen de la retina
- Examen oftálmico estándar
- Agudeza visual
Expectativas (pronóstico)
Después de la cirugía, los ojos pueden lucir derechos, pero los problemas de visión pueden seguir.
El niño todavía puede tener problemas de lectura en la escuela y para los adultos conducir puede ser más difícil. La visión puede afectar la capacidad para practicar deportes.
En la mayoría de los casos, el problema se puede corregir si se detecta y se trata a tiempo. Si el tratamiento se demora, se puede presentar pérdida de la visión de manera permanente en un ojo. Aproximadamente un tercio de los niños con estrabismo presentará ambliopía.
Muchos niños padecerán estrabismo o ambliopía de nuevo, por lo que se necesita una vigilancia cuidadosa.