¿Qué es la ortorexia?
La ortorexia es un trastorno de la conducta alimenticia que consiste en una obsesión por la comida sana. Las personas que sufren este trastorno se sienten obligadas a seguir una dieta muy restrictiva, que suele excluir grasas, alimentos sin etiquetado ecológico, los aditivos… puede desencadenar carencias nutricionales y problemas de salud mental.
¿Qué síntomas produce la ortorexia?
· Búsqueda obsesiva y analítica de todos los alimentos que comen
· Preocupación excesiva por todo lo que se come
· Planificación alimentaria excesiva
· Eliminación drástica de ciertos alimentos de la dieta
· Sentirse culpable cuando incumplen sus planes alimenticios
· Aislamiento social ya que suelen menospreciar a aquellas personas que no siguen reglas dietéticas estrictas
· Obsesión con los hábitos de vida saludables
¿Qué causa la ortorexia?
No están claras cuáles son las causas de la ortorexia. Pero está relacionado con personas que tienen comportamientos muy perfeccionistas y obsesivas. Los psiquiatras y psicólogos relacionan este trastorno con la preocupación excesiva por la comida como contrapeso a un malestar o dificultad personal, que se intenta paliar controlando de manera obsesiva otros aspectos de la vida.
¿Cómo prevenir la ortorexia?
Podemos prevenir la ortorexia entendiendo que comer sano es comer variedad de alimentos en cantidad adecuada para que el organismo funcione de manera correcta. Educar en positivo la diversidad de los cuerpos huyendo de los modelos de belleza y apostando por modelos no estereotipados, también ayudará a prevenir los TCA.
Además ser consciente de los mensajes que se lanzan en determinadas redes sociales y educar a los más pequeños sobre los riesgos que se esconden tras la pantalla de un móvil, Tablet u ordenador.
¿Cómo se trata la ortorexia?
La ortorexia al igual que otros trastornos alimenticios necesita la implicación de varios especialistas: psicólogos, psiquiatras, nutricionistas y médicos. En este caso concreto es muy importante volver a trabajar la intuición alimentaria, comer cuando se tenga hambre y dejar de comer cuando se sienta satisfecho. También hay que trabajar en la incorporación a la dieta de todos aquellos alimentos que fueron descartados y que se comiencen a ingerir cantidades adecuadas y suficientes de todos los grupos de alimentos.