¿Qué es el síndrome de la persona rígida?
El síndrome de la persona rígida es un trastorno del sistema nervioso central que causa rigidez muscular progresiva y espasmos en los músculos del tronco, los brazos y las piernas, que muchas veces se producen por una sensibilidad aumentada al ruido, tacto o como respuesta a un sobresalto.
¿Qué síntomas produce el síndrome de la persona rígida?
El síndrome de la persona rígida se caracteriza por episodios de rigidez muscular en el tronco y las extremidades. Además las personas que sufren este síndrome pueden padecer otros síntomas como:
· Posturas anormales tales como encorvarse sobre sí mismo
· Episodios de rigidez muscular y espasmos que ocurren por una sensibilidad aumentada por ruido, contacto con alguna persona u objeto o respuesta a un sobresalto.
· Caídas debido a los espasmos y la rigidez muscular cuando la gente con la enfermedad está caminando o se pone de pie
· Parálisis cerebral
· Epilepsia
· Ansiedad
· Depresión
Este síndrome afecta a la realización de actividades diarias de las personas que lo sufren por lo que puede afectar de manera grave a su estado de ánimo y salud mental.
¿El síndrome de la persona rígida se hereda?
La mayoría de casos de este síndrome han aparecido de manera aislada. Sin embargo, también se han reportado múltiples casos de familiares que padecían esta dolencia. Aún no se han identificado mutaciones genéticas específicas que causen este síndrome pero los científicos apuntan a que la genética en combinación con otros factores puede ser clave para la aparición de esta enfermedad, como en el caso de otras enfermedades autoinmunes.
¿Qué tratamiento se aplica?
Para el síndrome de la persona rígida el tratamiento se oriente a paliar los síntomas específicos que sufre cada paciente. Además de enfocarse en la rigidez de los músculos se puede orientar al dolor y las convulsiones.
La terapia ocupacional puede contribuir a retardar el desarrollo del síndrome, pero siempre tiene que ser realizada con un profesional de la materia para no perjudicar o empeorar la enfermedad.