Unidad de hipertensión

Son enfermedades que afectan a las arterias del corazón, cerebro, riñón y miembros inferiores fundamentalmente, pero también afectan a las arterias del resto del organismo. Las más importantes son:

• Infarto de miocardio.
• Accidente cerebrovascular (trombosis, embolia y hemorragia cerebral).
• Insuficiencia renal.
• Isquemia de extremidades inferiores.

El riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene un individuo de sufrir una de estas enfermedades dentro de un determinado plazo de tiempo. Esto va a depender de tener uno o más factores que predisponen a padecer estas enfermedades.

Algunos de los factores de riesgo que predisponen a padecer una enfermedad cardiovascular no se pueden modificar: la edad, el sexo, la raza y los antecedentes familiares. Sin embargo, existen otros factores que sí podemos cambiar:

• Hipertensión arterial.
• Aumento de colesterol.
• Diabetes.
• Tabaquismo.
• Sobrepeso y obesidad.
• Sedentarismo.
• Abuso de alcohol.
• Ansiedad y estrés.

No tenemos que olvidar que el consumo de tabaco, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia son los tres factores modificables más importantes para reducir el riesgo cardiovascular.

Cuando se tienen varios factores de riesgo cardiovascular a la vez, aunque cada uno solo esté ligeramente alterado y no les demos importancia (exceso moderado de peso, poca actividad física, la tensión arterial un poco alta, el colesterol algo aumentado y además se fuma), el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular es igual e incluso mayor que si existe un solo factor de riesgo muy alterado. La existencia de varios factores de riesgo multiplica el riesgo de manera exponencial.

La hipertensión, salvo que sea severa, no suele producir síntomas. En la mayoría de los casos su  descubrimiento es casual. A veces, puede asociarse a dolor de cabeza, inquietud, nerviosismo o hemorragia nasal espontánea, entre otros.

Es fundamental conseguir un control adecuado de las cifras de presión arterial, de colesterol y de glucosa en sangre. Además, debes mantener el peso adecuado, realizar actividad física de manera regular (caminar a paso ligero 30 minutos diarios al menos cuatro o cinco veces a la semana) y si fumas, es imprescindible abandonar el hábito.

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