Apnea del sueño

La apnea del sueño es un trastorno que consiste en la interrupción de la respiración, que puede durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos. La causa más frecuente es una obstrucción o estrechamiento de las vías respiratorias, aunque hay otras patologías que pueden desencadenarla. Tras el colapso, la respiración se reanuda con un ronquido.

Los ronquidos son la señal más evidente de la apnea del sueño. Normalmente, las personas que presentan esta patología roncan muy fuerte nada más dormirse, y el ronquido se interrumpe mientras sufre una apnea. Como consecuencia, aparece sonmolencia por el día y fatiga crónica ya que el sueño nocturno no es reparador.

Existen dos causas principales de la apnea del sueño:

• Apnea obstructiva del sueño: hay una relajación de los músculos de la faringe por lo que las vías respiratorias se bloquean, causando la apnea. El sobrepeso, las amígdalas de un tamaño superior al habitual y los pólipos nasales favorecen este tipo de apnea.
• Apnea central del sueño: en este caso, no hay obstrucción de las vías respiratorias sino que los músculos de la respiración fallan debido a un problema de estimulación de los receptores.

En primer lugar, la apnea del sueño suele tratarse con medidas correctivas como la pérdida de peso, una alimentación saludable, evitar el consumo de alcohol y tabaco o la realización de ejercicio físico.

En caso de que estas medidas no mejoren los síntomas, el tratamiento habitual es la la presión positiva de aire (CPAP). Consiste en una generador de presión con una mascarilla nasal o nasobucal que se utiliza de forma noctura. La corriente de aire que se respira evita que la vía aérea se colapse y así la mantiene abierta.