Prevención

Prevención

Las patologías relacionadas con el suelo pélvico afectan a una de cada tres mujeres en España, y suponen una gran afectación en la calidad de vida.

Cómo prevenir los problemas

Importancia de la prevención

Por un lado, los problemas de suelo pélvico afectan a la esfera física, ya que se suele limitar la actividad, la práctica de ejercicio físico e incluso la frecuencia de las relaciones sexuales por miedo a la incontinencia o a las molestias del prolapso genital. Pero también afectan a la esfera psicológica, ya que estas patologías se relacionan con baja autoestima, miedo al rechazo e incluso depresión. Por lo tanto, deben considerarse un problema de salud físico-psico-social.

En muchos casos las mujeres asumen estos problemas como «normales» a partir de cierta edad, de modo que ni siquiera suelen consultar su problema y es importante que lo hagan porque cada vez disponemos de mayores recursos para tratarlos.

Recomendaciones

Recomendaciones

Para el cuidado, prevención y tratamiento de las patologías del suelo pélvico deben contemplarse varias categorías, pero la más importante es la relacionada con los cambios en el estilo de vida. Se debe:

  • Evitar la obesidad: al disminuir el peso se mejora la sobrecarga muscular del suelo pélvico.
  • Adecuar la actividad física: ejercicios que aumentan la presión intraabdominal con esfuerzos intensos durante un tiempo prolongado favorecen la incontinencia urinaria, y por tanto deben evitarse. Los deportes de impacto y de alta intensidad también perjudican la estabilidad muscular del suelo pélvico. Hacer ejercicio físico es muy recomendable pero cuidando el suelo pélvico.
  • No fumar: el tabaco interrumpe el proceso de la producción de colágeno (tejido de sostén), y la tos crónica de los fumadores también tiene un impacto negativo sobre la presión del suelo pélvico.
  • Evitar la cafeína, la teína, las bebidas excitantes (bebidas carbonatadas) y el alcohol,ya que irritan y estimulan el músculo de la vejiga (músculo detrusor).
  • Reducir de la ingesta de líquidos y de fruta-vegetales de alto contenido de agua por la tarde/noche: para evitar tenerse que levantar por la noche, lo que está asociado a aumento de las caídas, sobre todo en personas de más edad.
  • Evitar el estreñimiento: el esfuerzo por defecar aumenta la presión abdominal sobre el suelo pélvico y afecta a la estructura muscular, y algunos autores consideran que también podría desestabilizar la conducción nerviosa del nervio pudendo, que nace de las raíces sacras y que se encarga de la inervación motora y sensitiva del periné, y que incluye las funciones de micción, de la deposición y de la esfera sexual.
  • Evitar pasar mucho tiempo sin orinar: se debería orinar, en función del consumo de líquidos, cada 2 horas y media o 3 horas. Si se prolonga mucho el tiempo entre micciones se puede afectar el funcionamiento de la vejiga.
Ejercicios de fortalecimiento

Ejercicios de fortalecimiento

El aumento del tono y de la masa muscular favorece un mejor soporte para las estructuras pélvicas, y ayuda a mantener una posición y una movilidad uretral adecuadas. Por otro lado, una correcta contracción de los músculos del suelo pélvico posibilita un aumento de la presión en la zona que dificulta la pérdida involuntaria de orina en situaciones de estrés.

El objetivo de estos ejercicios, por lo tanto, es mejorar el tono de reposo muscular y favorecer una respuesta contráctil rápida y coordinada frente a esfuerzos intensos. La incontinencia de urgencia también mejora bastante con estos ejercicios específicos del suelo pélvico, pero en menor medida que la incontinencia de esfuerzo.

Estos ejercicios no sólo están indicados en paciente con problemas, sino que deben realizarse como medida de prevención, sobre todo por aquellas mujeres con cierto riesgo, como son deportistas de alto rendimiento y multíparas (mujeres que han tenido más de un parto), especialmente si han sido partos instrumentales (fórceps, ventosa o espátulas) o con niños de gran peso.

Está demostrado que la práctica de este tipo de ejercicios monitorizados por un profesional es mucho más efectiva que los ejercicios realizados por la paciente sola.

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