¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil, también conocida como impotencia sexual, es una disfunción sexual masculina común. Ocurre cuando se tiene dificultades o imposibilidad de conseguir o mantener una erección firme, impidiendo la actividad sexual.
Esta disfunción es más común cuando se envejece, teniendo alta prevalencia entre los varones mayores de 40 años. Sin embargo, no todos los hombres lo sufren ni forma parte del proceso de envejecimiento.
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Tipos
Existen diversos tipos de disfunción eréctil, pudiendo destacar principalmente las siguientes:
- Orgánica: puede ser un efecto secundario provocado por lesiones vasculares, neurológicas, hormonales o locales.
- Psicógena: debido a una disfunción del mecanismo eréctil sin lesiones físicas.
- Mixta: debido a la combinación de factores orgánicos y psíquicos.
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Causas
La disfunción eréctil es una patología multifactorial; es decir, existen numerosos factores que pueden causar o influir en su desarrollo. Aunque ya algunos de esos factores se pueden intuir en el apartado de tipologías, aquí queremos destacar principalmente las siguientes causas:
- Causas psicológicas o emocionales: factores como la depresión, el estrés, la ansiedad, la baja autoestima o el miedo al fracaso pueden afectar al acto sexual. En estos casos el pene no tiene ninguna alteración física, pero la presión mental y las preocupaciones no ayudan.
- Causas vasculares: en ciertos casos el pene no puede acumular la sangre necesaria para tener una erección. Algunos elementos como la hipertensión, la diabetes o el colesterol empeoran este problema.
- Causas neurológicas: ciertas lesiones, como las relacionadas con la médula espinal o la esclerósis múltiple, por ejemplo, pueden hacer que el cerebro no transmita los mensajes adecuados al pene, debido a lesiones en los nervios implicados.
- Causas hormonales: existen también desajustes o desórdenes hormonales que pueden causar alteraciones en la función sexual (entre los que podemos nombrar la diabetes, un nivel anormal de la hormona tiroidea, la deficiencia de testosterona, o un alto nivel de prolactina).
- Causas farmacológicas: ciertos medicamentos (como algunos para tratar la hipertensión, las enfermedades cardiacas o los trastornos psiquiátricos) pueden producir, como efecto secundario, la disminución en la capacidad de tener una erección.
Además de estas causas, otros elementos como el tabaco, el alcohol, las drogas o el insomnio no contribuyen positivamente a esta patología.
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Síntomas
El principal síntoma de la disfunción eréctil es un cambio en la calidad de la erección, tanto en términos de duración como en cuanto a rigidez. Esto provoca no poder tener o mantener relaciones sexuales óptimas y completas.
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Diagnóstico
La disfunción eréctil puede ser algo temporal, pero si permanece en el tiempo, es fundamental consultar con un médico especialista para descubrir la causa.
Para detectar dicha causa y hacer un diagnóstico correcto, el médico podrá hacer una primera exploración física, además de una entrevista para conocer el historial clínico y los hábitos de vida del paciente. Esa entrevista podrá revelar factores psicológicos involucrados en el trastorno, dar a conocer problemas con la pareja, descubrir hábitos poco saludables (como ingesta de alcohol, tabaquismo o drogas) o conocer el pasado médico del paciente, que puede afectar a la situación.
Si el médico sospecha de alguna enfermedad, podrá ordenar otras pruebas adicionales tales como:
- Análisis de sangre y/u orina (para verificar si existen signos de enfermedad cardiaca, diabetes, colesterol, niveles bajos de testosterona u otras afecciones).
- Ecografía (para detectar si existe, por ejemplo, mala circulación sanguínea).
- Exámen psicológico (para descubrir posibles problemas graves como depresión o ansiedad).
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Tratamiento
Actualmente, existen distintas opciones terapéuticas, pero es importante comentar que el tratamiento elegido dependerá de cada paciente, según la causa encontrada detrás de la patología o la gravedad del trastorno. Las opciones pueden incluir:
- Asesoramiento o terapia psicológica: si la disfunción eréctil se debe a estrés, ansiedad o depresión, el médico podrá sugerir consulta con psicólogos o consejeros, solo o con la pareja. Es importante tranquilizar al paciente y disminuir la tensión provocada por esta patología.
- Medicamentos: el médico puede recetar también algún medicamento concreto, según la necesidad del paciente, para potenciar los mecanismos naturales de la erección (funcionan con la ayuda de estimulación sexual).
- Dispositivos o prótesis: si los medicamentos no funcionan, existe también la posibilidad de usar algunos dispositivos que ayuden al paciente (como una bomba peniana, un dispositivo de erección por vacío) o, incluso, el implante de una prótesis de pene por intervención quirúrgica. Siempre deben probarse por prescripción médica y bajo la supervisión de un especialista.
Pero antes de probar cualquier tratamiento, muchos hombres suelen preguntar algo relevante: si se puede prevenir o evitar la disfunción eréctil. Aunque no existe ningún elemento milagroso, si hay factores que ayudan a reducir las posibilidades. Entre esos factores destacan:
- Evitar beber demasiado alcohol.
- Controlar el azúcar en sangre y la presión arterial.
- Evitar el estrés.
- Y conocer qué medicamentos pueden provocar esta disfunción, siempre bajo la tutela de un médico.
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