Alimentación adaptada al hipotirodismo
9 junio, 2023 Centros | HRCG | Nutrición y dietetica | Publicaciones | Unidad de Obesidad
El hipotiroidismo se define como la disfunción de la glándula tiroidea que supone que esta no produzca suficientes hormonas tiroideas provocando diversos síntomas y efectos en el metabolismo. Los más comunes son:
- Aumento de peso
- Fatiga, cansancio o somnolencia
- Estreñimiento
- Problemas para regular la temperatura (mayor sensación de frío)
- Afectación de piel (pálida y reseca) y pelo (quebradizo y débil o caída de cola de las cejas).
- Depresión.
- Niebla mentar o pérdida de memoria
- Ronquera o problemas de deglución si existe gran inflamación o nódulos (bocio).
- Dismenorrea (desequilibrios menstruales)
Pueden existir otros síntomas menos comunes o secundarios a estos, como el aumento del colesterol, la tensión arterial o molestias musculares. No obstante, el tipo de hipotiroidismo es fundamental a la hora de tener en cuenta el tratamiento nutricional. Puede estar producido por radiación, embarazo, extirpación de la glándula tiroidea, tumores hipofisarios o inflamación. La inflamación de la glándula puede provenir de infecciones, tratamientos o por un ataque del propio sistema inmune (autoinmunidad).
Este último es el caso de la Tiroiditis de Hashimoto, la causa más habitual de hipotiroidismo, que se caracteriza por la infiltración linfocitaria en la glándula que produce inflamación y destrucción del tejido por acción de los anticuerpos antiperoxidasa (anti TPO) y antitiroglobulina (anti Tg), principalmente (en el 10-15% de la población se observan anticuerpos negativos).
Esto supone una disminución en la secreción de hormonas tiroideas (t4) y un aumento de la TSH, que favorece su producción para compensarlo. El tratamiento farmacológico se basa en la toma de t4 (levotiroxina) para suplir su falta, pero su conversión a t3 (la hormona activa) y la disminución de la inflamación y la acción autoinmunitaria será fundamental para mejorar la sintomatología y disminuir el avance de la enfermedad. En este punto la alimentación juega un papel crucial, además de para tratar los signos y síntomas asociados.
Para potenciar la transformación de t4 a t3 será fundamental:
- Aumentar la masa muscular: ya que esta transformación se realiza en gran parte en la célula muscular.
- Mejorar la salud hepática: será el otro lugar en el que se realizará en mayor medida esta transformación. Evitar tóxicos como el alcohol o disminuir el aporte de grasas (sobre todo perjudiciales para la salud) será fundamental para evitar sobrecargar este órgano. Además, en los dos casos una buena composición corporal ayuda al objetivo.
- Yodo: participa en el proceso de transformación. Un exceso de yodo puede influir negativamente en la salud tiroidea, pero un déficit disminuirá también su trabajo y la obtención de t3 a partir de t4. Podemos encontrarlo en pescados y mariscos, principalmente. Las algas tienen gran contenido en yodo, por lo que se recomienda un consumo ocasional y en pequeñas cantidades.
- Selenio: También forma parte de las reacciones llevadas a cabo en este proceso, y es un gran antioxidante. Podemos encontrar la ración diaria necesaria en 2-3 nueces de Brasil.
Por otro lado, trataremos de disminuir en lo posible la inflamación y la acción inmunitaria, para lo cual será necesario:
- Omega 3: como ya hemos visto otras veces, el omega 3 es un potente antiinflamatorio, sobre todo si se encuentra equilibrado con el aporte de omega 6. Para ello será fundamental un buen aporte diario de los alimentos que contienen más omega 3: pescados azules, semillas de lino y chía (molidas o hidratadas), nueces o marisco
- Frutas y verduras: aportan gran cantidad de vitaminas, minerales y fitoquímicos, con efectos antioxidantes y beneficiosos para la salud en general.
- Cúrcuma, pimienta negra o jengibre: son especias con gran capacidad antiinflamatoria. En casos patológicos puede beneficiar su suplementación, no obstante, es recomendable incluirlas en la dieta. La forma óptima de incluir la cúrcuma es con pimienta, en caliente y con una base grasa.
- Gluten y lácteos: reducir su aporte parece ayudar a disminuir la acción autoinmunitaria reduciendo la presencia de anticuerpos antitiroideos en sangre. No obstante, no hay suficiente evidencia para aplicar una dieta restrictiva en todos los casos, por lo que se deberá individualizar.
En cualquier caso, una alimentación saludable, variada y rica en nutrientes será la base del tratamiento
Por último, es fundamental tener en cuenta que para favorecer la correcta absorción de la levotiroxina (Eutirox) es imprescindible esperar de 30 minutos a 1 hora desde su toma hasta la ingesta de alimentos, y hasta 3 horas para ingerir soja o derivados, ya que influye en su absorción y efecto.
Por todo ello, la alimentación juega un papel muy importante en el tratamiento de esta enfermedad, y sería recomendable adaptarla a cada caso. En la Unidad de Nutrición y Obesidad Recoletas ofrecemos atención especializada e individualizada, teniendo en cuenta todos los factores que influyen y creando una alimentación adaptada a cada situación, que sea fácil y agradable para poder asegurar una buena adherencia.