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Biberón o leche materna: ¿cuál es la mejor opción para la lactancia de mi bebé?

11 enero, 2018 Maternidad y ginecología

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En los últimos años el debate entre leche materna o leche artificial se ha intensificado. Cuando  las madres optan por el biberón para la lactancia de sus bebés bien por elección personal, laboral o por dificultades para dar el pecho, la decisión no siempre es socialmente aceptada.

Es necesario no culpabilizar a las madres sino brindar el apoyo y la ayuda necesarios para una lactancia adecuada. Desde el punto de vista nutricional la leche materna es el mejor alimento para un bebé. De hecho, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Asociación Española de Pediatría (AEP)  recomiendan a las madres amamantar a sus hijos durante 6 meses en exclusiva.

Sin embargo, ya sea por cuestiones personales, posibles obstáculos al inicio de la lactancia o dificultades para la extracción de la leche materna, algunas mujeres deciden o se ven obligadas a recurrir a la lactancia artificial. Y en este sentido, cabe destacar que las fórmulas infantiles de leche artificial están diseñadas para que los bebés cubran sin problemas sus necesidades nutricionales, por lo que esto no supone ninguna consecuencia negativa para la futura salud del bebé.

Si comparamos ambas opciones encontraremos diversas ventajas y desventajas de la lactancia materna y artificial pero en última instancia es una decisión muy personal de cada mujer o familia, por lo que conocer los aspectos que determinan la elección de una u otra opción es crucial para estar adecuadamente informado y tomar la decisión que mejor se ajuste a cada situación concreta.

Como expertos en obstetricia, analizamos todos estos aspectos y desarrollamos las diferentes implicaciones que tiene cada tipo de lactancia.

Propiedades inmunológicas

La leche materna contiene anticuerpos que protegen al bebé de posibles enfermedades como diarrea, otitis o infecciones en las vías respiratorias. Asimismo, ayuda también a prevenir algunas enfermedades crónicas como alergias, diabetes, hipertensión u obesidad.

La leche artificial, en cambio, no cuenta con estas propiedades inmunológicas pero está fabricada en condiciones óptimas de esterilidad y  cubre todas  las necesidades nutritivas por lo que garantiza un desarrollo saludable del bebé.

Facilidad de digestión para el bebé

La leche artificial se digiere más despacio por lo que pueden realizarse menos tomas al día-. La leche materna, en cambio, requiere de una inversión mayor de tiempo ya que al digerirse más rápidamente es necesario realizar más tomas al día.

No obstante, al digerirse más despacio, la digestión de la leche artificial es más pesada por lo que hay más probabilidades de que el bebé sufra cólicos de gases o estreñimiento.

Comodidad de los padres

En el caso de la comodidad, ambas opciones tienen pros y contras. Por un lado, la leche materna no requiere preparación y está siempre disponible por lo que ya sea en casa o fuera de casa el proceso de lactancia es sencillo y gratis. Sin embargo, requiere de una mayor inversión de tiempo y, sobre todo al inicio, puede provocar molestias e incomodidad hasta desarrollar una buena técnica.

Por su parte, la lactancia artificial requiere de mayor preparación debido a la necesaria elaboración de los biberones, con una cantidad concreta de leche y agua a una temperatura determinada; pero al mismo tiempo permite el reparto de las tareas de alimentación, ya que que la persona que se quede a cargo del bebé

Recuperación postparto de la madre

En cuanto a la recuperación de la madre, la leche materna ayuda a perder peso acumulado después del parto y contribuye la reducción del sangrado en el postparto gracias a la liberación de la hormona oxitocina que contribuye a la contracción del útero. Por otro lado, limita que la madre realice ninguna dieta de adelgazamiento hasta terminar la lactancia y tenga que reducir el consumo de cafeína, alcohol y comidas con sabores fuertes.

Además, la lactancia tiene efectos protectores sobre la salud de la madre: se ha demostrado que reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario,  y existen nuevos estudios que sugieren un efecto protector para el desarrollo de diabetes e infarto de miocardio.

En definitiva, la decisión de optar por lactancia materna o lactancia artificial es personal  ya que ambas opciones pueden garantizarn una buena alimentación para el bebé. Si todavía tienes dudas, puedes consultarnos o acudir a tu médico obstetra para que te oriente en el proceso de toma de decisión.

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