Claves para incorporarte al trabajo después del parto: 6 consejos para superar la baja de maternidad
15 febrero, 2018 Maternidad y ginecología
Volver al trabajo después de la baja de maternidad puede resultar duro para la mayoría de madres, sobre todo, si son primerizas. Organizar el día a día del bebé después de la baja puede ser complicado por la sensación de abandono al bebé.
Cuando una mujer vuelve al trabajo tras la baja de maternidad aprende a combinar la realización laboral con la personal, no siendo siempre fácil encontrar un equilibrio entre el rol de madre, el rol de trabajadora y el rol de persona, que en algunas ocasiones están socialmente algo confusos.
Es cierto que este conflicto es uno de los miedos más comunes entre las mujeres que desean ser madres algún día, incluso mucho antes de plantearse serlo. Por ello, cada vez las mujeres toman esta decisión más tarde, siendo uno de los principales motivos el temor a la inflexibilidad laboral y la visión tradicional de los roles de género en la familia española, que todavía siguen siendo muy marcados y diferenciados entre hombres y mujeres.
En la Unidad de la Mujer Recoletas como expertos en embarazo y obstetricia; y testigos del camino hacia la maternidad de muchas mujeres en nuestros más de 27 años de andadura, creemos firmemente que la conciliación familiar y laboral puede ser posible, siempre que se reciba respeto y comprensión del entorno profesional; y las mujeres conozcan algunas pautas de organización y gestión de las emociones para evitar que este hecho se interponga en sus responsabilidades laborales, personales y familiares. Para ayudarte, en este post te damos algunos consejos para que aprendas a abordar la vuelta al trabajo tras el parto y el fin de la baja de maternidad no suponga un problema.
1.Prepárate con tiempo
Esquivar la planificación de la vuelta al trabajo hasta la semana previa es un error, ya que puede influir negativamente tanto en la organización de las tareas, como en la comunicación con la persona que se encargará de cuidar a tu bebé en tu ausencia y en la asimilación personal de que llegará un día en el que tu bebé no estará contigo las 24 horas del día.
Por ello, te recomendamos que, al menos 3 semanas antes de tu reincorporación empieces a organizar todas las atenciones que tu bebé necesita cada día, hagas que el bebé tenga una primera toma de contacto con la persona que lo cuidará para que ésta conozca vuestras rutinas y el bebé y tú os sintáis a gusto con ella. Esto ocurre del mismo modo, se trate de un cuidador profesional, como de un cuidador familiar o una guardería.
Asimismo, si eres lactante, es muy importante también que comiences con la rutina de extracción de leche, coordines unos horarios y comiences a probar a alimentar al bebé con biberón de forma alternada para que el cambio no sea tan brusco.
Por otro lado, para evitar que la separación se haga demasiado dura durante los primeros días es conveniente que empieces dejar al bebé al cuidado de otra persona durante aproximadamente una hora al día; así cuando el periodo sea más largo será más sencillo.
2.Olvida el sentimiento de culpa
Sentirte culpable por dejar a tu hijo para irte al trabajo carece de sentido y ningún niño se ha sentido abandonado por ello. Querer tener una vida profesional activa promueve tu bienestar mental y te proporciona un ámbito de realización personal que será muy positivo para tu autoestima y, también, para aumentar la calidad del tiempo que pasas con tu bebé.
La clave de la conciliación es la calidad y no la cantidad. Por ello, una buena gestión de tu tiempo te ayudará. La buena gestión de tu tiempo es la que tú decidas y no la que te aconsejen desde fuera de tu núcleo familiar (tú y tu bebé o tu pareja, tu bebé y tú) otras personas, que quizás con buena intención intenten aconsejarte de forma errónea marcándote lo que “debieras” hacer.
3.Confía en la persona que cuidará al bebé en tu ausencia
Este es un aspecto esencial, si no se cumple, ninguno de los otros consejos que te demos van a ser efectivos. Decide bien con quién vas a dejar a tu bebé cuando no estés en casa y genera un vínculo de confianza.
Si es un familiar esto es más sencillo pero también es posible lograrlo con cuidadores profesionales, ya sean en casa o en una guardería.
Demuestra que confías en su criterio, dale las pautas que tú consideras adecuadas para el cuidado de tu hijo y no te preocupes en exceso por saber qué está ocurriendo en cada momento. Querer llamar cada 5 minutos para saber cómo está tu bebé, crea un ambiente tenso entre tú y su cuidador y además hace que estés despistada de tus obligaciones profesionales.
En este sentido, como idea para paliar tu ansiedad y lograr una mayor tranquilidad durante el día, lo mejor es que establezcáis juntos un momento óptimo para llamar una vez al día y que te cuente cómo están transcurriendo las cosas.
4.Sé sincera contigo misma y con tu responsable
La comunicación y la transparencia con tu responsable son fundamentales para que tu maternidad no sea un impedimento para tu crecimiento. Deja claros cuáles son tus horarios y prioriza en las tareas.
Esforzarse en ser más eficiente durante las horas laborales (o usar la misma estrategia que usabas hasta ahora en tu entorno laboral para ser igual de eficiente que antes) puede ser de gran ayuda para que el horario no se alargue demasiado y puedas volver a casa pronto. Por supuesto, para que todo esto sea una realidad necesitas la predisposición de tu empresa, pero háblalo y déjalo claro desde el primer día, igual que si no fueras madre.
Ser madre no te obliga a demostrar más valía de la que ya tenías en tu puesto laboral.
5.Organízate y delega
Después de muchos meses sin trabajar y con todas las tareas extra que te surgen en casa con el nacimiento del bebé, es normal que estés cansada y sientas que no puedes con todo. Organiza tu tiempo, dedícate un rato al día a hacer algo por ti, algo que realmente te gusta. En caso de tener pareja o poder contar con algún familiar, reparte las responsabilidades familiares para que no todo el peso recaiga sobre ti. Piensa en ti misma y cuídate; es clave para que todo sea más sencillo.
6.Valora tu descanso
Los bebés suelen dormir poco por las noches, porque necesitan comer cada pocas horas y porque cualquier incomodidad por ejemplo, ruido o sobresalto inesperado pueden alterarlos y hacer que empiecen a llorar sin consuelo.
Esto es habitual y les pasa a la mayoría de los niños, pero si tienes que madrugar para irte a trabajar esta situación se convertirá en algo complicado porque acudirás al trabajo sin fuerzas y no rendirás de la misma forma que con un buen descanso.
Si nuestros consejos no son suficientes y necesitas asesoramiento para afrontar el momento de regresar al trabajo tras la baja de maternidad, en FIV Recoletos contamos con una Unidad de Apoyo Psicológico con profesionales que os darán las pautas necesarias para que todo sea más fácil.