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Día Mundial de la Salud Mental Materna: una necesidad social de visibilización

3 mayo, 2018 Maternidad y ginecología

Dia mundial salud mental - Psicologia Maternidad

Las cifras son muy altas pero no es visible: una de cada 5 mujeres que son madres por primera vez experimenta algún trastorno ansioso o del estado de ánimo durante el embarazo o el posparto, aunque la mayoría  de ellas ni se diagnostican ni reciben el tratamiento y apoyo adecuados. Bajo el lema La salud mental materna de las mujeres importa (#maternalmhmatters), el primer miércoles de mayo se celebra el Día mundial de la salud mental materna, con el objetivo de aumentar la concienciación social, profesional y política sobre el tema y la necesidad de mejorar la  prevención, detección y tratamiento de los trastornos mentales durante el embarazo y el primer año tras el nacimiento.

La salud mental maternal también es salud

Cualquier mujer con independencia de su edad, nivel económico, cultural y etnia puede desarrollar un trastorno mental durante el embarazo y posparto. Una de cada 5 mujeres que son madres por primera vez va a experimentar algún trastorno ansioso o del estado de ánimo durante el embarazo o el posparto, que incluye además de la depresión postparto o perinatal otros trastornos como la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, la bipolaridad y/o la psicosis posparto, los duelos asociados a los problemas de fertilidad y a los abortos y los problemas asociados a la prematuridad.

En estos momentos, en la mayoría de países, la patología mental durante el embarazo y/o el posparto pasa desapercibida, no se detecta y, a pesar de que se dispone de terapias e intervenciones eficaces, las madres no reciben los tratamientos necesarios para su recuperación, con consecuencias negativas para ellas, para los bebés y para las familias.

Depresión postparto: la depresión sonriente

La depresión posparto es la enfermedad materna más común en el primer año tras dar a luz y tiene síntomas específicos no solo por el sufrimiento de la madre sino también por su efecto en el bebé, ya que suele alterar la capacidad maternal de cuidarlo adecuadamente. Se estima que la sufren un 15% de las madres recientes, aunque en un 75% de los casos no se llega a diagnosticar ni por tanto a tratar adecuadamente).

Es un tabú social, se suele llamar “la depresión sonriente”, precisamente, porque muchas madres esconden su sufrimiento por miedo a ser consideradas malas madres.  A nivel emocional el postparto es una fase en la que las madres, especialmente si son primerizas, queden  abrumadas por la responsabilidad y por los cambios de vida, sumado al cansancio físico que conlleva el parto y a los cambios de humor debidos a la fluctuación de las hormonas y la falta de sueño, lo que puede resultar difícil y dar lugar a una depresión leve llamada tristeza puerperal que no es grave y normalmente desaparece por sí misma durante la cuarentena. Sin embrago, la depresión puede ser moderada o grave, que es lo que se llama clínicamente depresión postparto, y tener consecuencias importantes para la madre y el bebé.

Apoyo psicológico: hay que ayudar a las madres y a los bebés

Existe un estigma social que identifica la enfermedad mental maternal con ser “una mala madre”, la idealización de la maternidad y los déficits en la formación especializada de los profesionales en la parte psicológica y emocional de la salud, hacen que la salud mental de las madres se tenga menos  en cuenta que la salud física en la gestación y el primer año de vida de los bebés.

Esto es muy importante porque conocemos que  la falta de diagnóstico y tratamiento tiene consecuencias a corto y largo plazo, tanto para la madre como para el recién nacido, que a veces pueden ser graves. Sin la detección, comprensión, cuidado, apoyo y tratamiento el impacto de estas enfermedades puede ser devastador en las mujeres afectadas, en sus parejas y en sus familias.

Por ello es necesaria la formación de profesionales en esta área, la inclusión de la evaluación y atención a la salud mental en los protocolos de seguimiento del embarazo/posparto y la creación de dispositivos específicos para la intervención clínica, que ya funcionan en algunos países como Reino Unido, Francia y Australia.

Desde la Unidad de la Mujer Recoletas apoyamos la campaña de «La salud mental materna de las mujeres importa» y estamos trabajando desde un equipo multidisciplinar (ginecólogos, psicólogos, matronas) en un protocolo de Prevención, detección y tratamiento de problemas de salud mental maternal así como en la creación de una «Escuela de embarazo y crianza» que promocione la salud mental y emocional dentro de un concepto amplio de salud durante el embarazo y el primer año tras dar a luz.

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