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Edad y fertilidad: mitos y realidades

14 octubre, 2014 Maternidad y ginecología

edad y fertilidad

La edad reduce las posibilidades de embarazo de las mujeres. Si bien hace unas décadas era frecuente  tener hijos a los 20, ahora cada vez más madres primerizas están alrededor de los 40 años. Este retraso de la edad de maternidad, por cuestiones laborales y económicas en la mayoría de los casos, reduce de forma determinante las posibilidades de embarazo e implica la necesidad de recurrir a procedimientos de Medicina Reproductiva para aumentar las posibilidades de tener hijos. 

Los motivos personales, económicos y laborales son la principal causa de retraso de la maternidad en las mujeres españolas y estos motivos tienen su origen en causas sociales:  la necesidad de las mujeres de afianzar su carrera laboral  y tener un trabajo estable antes de ser madres. Este contexto y el avance de las técnicas de Reproducción Asistida  está ocasionando que aparezca una nueva tendencia: la de congelar óvulos durante la treintena de forma segura y así poder utilizarlos recurriendo a técnicas de Reproducción Asistida al entrar en la década de los 40, cuando deciden ser madres por primera vez.

Las estadísticas de la Sociedad Española de Fertilidad indican que los motivos sociales inclinan cada vez a más mujeres a congelar sus óvulos. Es decir, no quieren depender de circunstancias externas y sí poder recurrir a sus propios ovocitos para decidir ser madres cuando ellas lo consideren adecuado. Esto es un fenómeno reciente, ya que hasta ahora el principal motivo para preservar los óvulos era la enfermedad. De hecho, la mayoría de las mujeres que optaban a la vitrificación de óvulos eran pacientes diagnosticadas de cáncer que podían comprometer su fertilidad por la quimioterapia.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la decisión de preservar la fertilidad por motivos sociales implica un proceso médico que hay que valorar junto con un especialista, ya que incluye un tratamiento farmacológico para estimular el ovario con hormonas. Una vez formados los óvulos, se extraen por punción ovárica, previa administración de anestesia local y se someten a un proceso de congelación muy avanzado. Lo mejor de todo es que las técnicas actuales de congelación y descongelación tienen una tasa de supervivencia muy alta, con lo que las tasas de embarazo son casi iguales a las de los óvulos frescos.

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