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Episiotomía: no de forma rutinaria

10 diciembre, 2015 Maternidad y ginecología

episiotomía

La episiotomía es un procedimiento médico que se realiza ocasionalmente durante el parto y que consiste en un corte en el perineo (zona situada entre la vagina y el ano), con el objetivo de ampliar la abertura de la vagina para facilitar la salida del bebé.

Tradicionalmente, los obstetras realizaban episiotomías para acelerar el parto y evitar desgarros en la vagina, porque se creía que la incisión «quirúrgica» de una episiotomía era mejor que un desgarro espontáneo y evitaba complicaciones. Sin embargo, una gran cantidad de estudios realizados en los últimos 20 años han refutado esta teoría. Por ello, la asociación americana de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) así como organismos como la OMS actualmente rechazan que la episiotomía se realice rutinariamente y recomiendan que se use de forma restrictiva.

¿Qué dicen los estudios?

Los estudios muestran que el uso restrictivo de la episiotomía asocia menos trauma perineal posterior, menos necesidad de sutura y menos complicaciones que el uso rutinario, aunque con el uso restrictivo de la episiotomía se asocia un mayor riesgo de trauma perineal anterior. No se observan diferencias en un caso y en otro con respecto a la mayoría al dolor y al trauma perineal o vaginal severo.

¿Cuándo se realiza entonces?

Se practica cuando el obstetra lo considera necesario, bajo su criterio clínico, durante la fase expulsiva del parto, es decir, cuando la cabeza del bebé empieza a coronar. Normalmente se realiza en caso de partos que presenten dificultades (bebés muy grandes, de nalgas, con necesidad de instrumentos para sacar al bebé, etc.), sufrimiento fetal, o desgarros de tercer y cuarto grado mal curados.

¿Cómo se realiza?

Si el obstetra decide que es necesaria, justo antes del parto y a medida que la cabeza esté a punto de salir, se pone una inyección para insensibilizar la zona (si no le han puesto anestesia epidural) y realiza el corte quirúrgico, que luego se cierra con puntos reabsorbibles. En función de dónde se produzca el corte, existen varios tipos de episiotomía, que asocian distintas características:

1. Episiotomía media o vertical

Se le denomina episiotomía medial al corte en línea media, es decir, a aquel que se realiza en línea recta, desde la vagina y en dirección al ano, sin llegar al mismo.

Mediante este tipo de episiotomía se puede experimentar una menor pérdida de sangre, la reparación y cicatrización es más fácil que con la episiotomía medio-lateral, y también puede existir una menor dispareunia (dolor con las relaciones sexuales); aunque la probabilidad de desgarro del esfínter anal y del recto puede ser mayor, en cuyo caso, podría provocar un mayor riesgo de infección.

2. Episiotomía medio-lateral

La episiotomía medio-lateral consiste en el corte medio lateral, desde la horquilla vulvar hacia abajo, en un ángulo de aproximadamente 45 grados hacia el lateral, donde se encuentra el músculo.

Este tipo de episiotomía provee de un buen espacio vaginal para facilitar la salida del bebé y tiene una menor probabilidad de que se produzcan desgarros; aunque se puede tener una mayor hemorragia, dado que incide en haces musculares, por lo que también su cicatrización es más lenta, y se puede experimentar dispareunia durante algunos meses.

3. Episiotomia lateral

Consiste en practicar la incisión perpendicular a la dirección del ano, en horizontal. Apenas se utiliza en la actualidad.

Cuidados tras la episiotomía

Los cuidados que se deben llevar a cabo tras una episiotomía son los mismos que en cualquier otro tipo de parto:

  • Lavar la zona genital con agua y jabón diariamente, sin llegar a un exceso de higiene (dado que altera la flora natural de la vagina, siendo más vulnerable a infecciones).
  • Mantener la zona lo más seca posible (se pueden utilizar compresas tocológicas para ello).
  • Evitar el secado de arrastre.
  • Llevar ropa interior ancha y de algodón.

Además, se aconseja que se espere al menos seis semanas antes de: utilizar tampones, mantener relaciones sexuales o realizar cualquier tipo de actividad que pueda provocar dehiscencia (ruptura de los puntos antes de tiempo).

Por último, se pueden practicar los ejercicios de Kegel para ayudar a una recuperación más rápida del suelo pélvico.

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