¿Por qué es importante lavarse las manos?
15 enero, 2018 Prevención
Lavarse las manos es un hábito de higiene indispensable, tanto para los niños como para los adultos. Desde que son muy pequeños nos enseñan la importancia de lavarse bien las manos, hacerlo con frecuencia e incorporarlo a sus rutinas diarias.
Lavarse las manos es la medida más fácil y eficaz de evitar la transmisión de numerosas infecciones, tanto las que se adquieren en las relaciones humanas -como el resfriado, la gripe e, incluso, la hepatitis A-, como las infecciones contraídas dentro de un recinto de atención a la salud -las ‘nosocomiales’-. De hecho, la Organización Mundial de la Salud considera a las manos como la principal vía de transmisión de gérmenes durante la atención sanitaria.
Cómo lavarse bien las manos
Para lavarse bien las manos no se necesita demasiado: solo agua y jabón. Tras humedecerlas, se aplica jabón suficiente para cubrirlas y friccionar la superficie durante unos 20 segundos, sin olvidar ninguna zona: palmas, dorsos y muñecas, el área interdigital y, sobre todo, las uñas, donde se puede utilizar un cepillo. Después, hay que enjuagar bien las manos y secarlas minuciosamente con una toalla limpia y seca o con una toalla de papel desechable. Aunque el jabón utilizado sea corriente, con este procedimiento se eliminan desechos orgánicos e inorgánicos y se disminuye la carga bacteriana de la capa dérmica más superficial.
¿Cuándo hay que lavarse las manos?
Es importante insistir en que lavarse las manos es imprescindible. A modo de recordatorio, hay que hacerlo: siempre antes de tocar algún alimento y, sobre todo, entre la manipulación de alimentos crudos y cocinados, antes de utilizar un utensilio de cocina, de poner la mesa, de comer -aunque sea un bocadillo- y de amamantar; también después de ir al baño, estornudar, toser y sonarse la nariz y, de igual manera, tras cambiar un pañal, limpiar los mocos a un niño o acompañarle al baño.