PEDIATRÍA Y TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD
14 marzo, 2018 Pediatría
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuente en las consultas de Neuropediatría y Psiquiatría infanto-juvenil. Aunque desconocemos exactamente qué porcentaje de niños presentan este problema, podríamos encontrar 1 o 2 niños en cada clase de 30 alumnos en el colegio con síntomas de TDAH.
Las personas que presentan este trastorno tienen dificultades importantes para presentar atención (inatención), para regular el nivel de actividad (hiperactividad) y/o pueden tener problemas de comportamiento (impulsividad). La importancia de este trastorno radica en que estas dificultadas crean disfunción en diferentes áreas (dificultades a nivel personal, escolar, familiar…), y asocian un empeoramiento de la calidad de vida del niño.
El diagnóstico del TDAH se puede realizar a diferentes edades, aunque sabemos que la edad de inicio del trastorno suele ser en la infancia.
El género también influye, dado que en pediatría es más frecuente en varones. Existen diferentes formas de manifestación: una forma en la que predomina la incapacidad para concentrarse y mantener la atención; una forma en la que destaca la incapacidad para controlar los impulsos y con hiperactividad; y una forma en la que se combinan los síntomas.
¿A QUÉ SE DEBE EL TDAH?
A día de hoy, la causa exacta del TDAH es aún desconocida. Probablemente, se debe a muchos factores diferentes asociados. Sabemos que hay un componente genético importante (es más frecuente en hijos de padres con TDAH), también factores que afectan a algunos neurotransmisores, factores anatómicos y probablemente ambientales.
Según estudios realizados recientemente los pacientes con TDAH presentan algunas zonas cerebrales que funcionan ligeramente diferente al resto de personas. Sin embargo, aunque esto nos ayuda a comprender cómo funciona el cerebro de las personas con TDAH, aún no nos sirve para diagnosticar a los pacientes realizando una prueba de laboratorio o una resonancia cerebral.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL TDAH EN NIÑOS Y ADOLESCENTES? ¿QUIÉN DEBE DIAGNOSTICARLO?
El diagnóstico del TDAH es exclusivamente clínico y tiene que estar basado en la presencia de los síntomas característicos del trastorno (falta de atención, hiperactividad o impulsividad), y respaldado por una clara repercusión funcional en dos o más ámbitos (personal, familiar, académico o social).
El pediatra podría sospechar que un niño o un adolescente presenta TDAH si los padres o el propio niño refieren que no puede estar sentado o se mueve en exceso, presenta falta de atención, con sensación de que el niño no escucha, si realiza actos impulsivos sin pensar o si presenta bajo rendimiento escolar.
Hay que tener en cuenta que no todo niño movido y despistado tiene TDAH, por lo que se deben excluir otros problemas de salud o incluso valorar la posibilidad de que se trate de un niño normal.
El diagnóstico del TDAH lo debe realizar un médico con entrenamiento y experiencia en el diagnóstico de esta patología, mediante la información obtenida a través de la entrevista clínica del niño o del adolescente, y la información de los padres. Se debe tener información del ámbito escolar y de la exploración física del niño. Es recomendable realizar también un estudio neuropsicológico cuando se sospeche la presencia de un trastorno diferente asociado o si se quiere valorar el perfil de funcionamiento cognitivo. La realización de pruebas complementarias no es necesaria de forma rutinaria para el diagnóstico de TDAH en niños y adolescentes, a menos que la historia clínica y la exploración física pongan en evidencia algo que preocupe al médico. En ocasiones, se realizan pruebas para descartar otras enfermedades.
¿CÓMO SE TRATA EL TDAH?
El tratamiento del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) debe sermultimodal y multidisciplinar.
En algunas ocasiones, los pacientes sólo reciben apoyo escolar con soporte psicopedagógico,
y en otras, se recomienda apoyo con medicación y soporte psicológico asociado. Hay diferentes tipos de medicación que pueden ayudar al niño a mantener la concentración y a ser menos impulsivo. Este tratamiento suele iniciarse cuando el niño tiene una clara disfunción de su vida diaria (problemas a nivel académico, social, de amistades, familiar,etc). El tratamiento farmacológico debe iniciarse por profesionales con experiencia en el TDAH y su tratamiento y debería ir acompañado de medidas psicoeducativas (familiares, escolares…) y psicológico-cognitivas. Desde el Hospital Recoletas de Cuenca ponemos en marcha una Unidad para atender las necesidades de pacientes pediátricos de forma integral, así como para ofrecer información a las familias y a los propios pacientes.