10 síntomas del embarazo y postparto que quizás no conozcas y cómo prevenirlos
23 febrero, 2017 Maternidad y ginecología
Las náuseas, el aumento de peso, la agudeza del olfato o el amasijo de emociones son algunos de los síntomas más conocidos del embarazo. Sin embargo, un embarazo implica muchos cambios hormonales y anatómicos en la mujer, que provocan muchas otras consecuencias de las que quizás no has oído hablar y que en ocasiones se desconocen.
Por supuesto, la lista de todos los síntomas que pueden aparecer durante el embarazo es muy larga y es fundamental que preguntes cualquier duda a tu ginecólogo, pero algunos de los más comunes que generan cierta incomodidad son:
1. Incontinencia urinaria
Es habitual que las mujeres embarazadas sufran incontinencia urinaria durante el periodo de gestación, especialmente en el último trimestre del embarazo y también unos meses después del parto.
Normalmente este síntoma se relaciona con el aumento de la presión en la zona abdominal que debilita el suelo pélvico, provocando una disminución de la capacidad de almacenar la orina.
Tras el parto, este problema suele resolverse de forma espontánea después de unos meses. Asimismo, para paliarlo y evitar la incomodidad que provoca en la mujer esta sensación de incontinencia, el refuerzo del suelo pélvico y la preparación al parto son muy beneficiosos ya que mejoran la sujeción pélvica y fortalecen la zona.
2. Acidez y reflujo
En el embarazo, debido por una parte a los cambios de situación del estómago a medida que crece el útero, y a la relajación del músculo del esfínter esofágico inferior y del vaciado gástrico por acción de la hormona progesterona, puede existir más acidez y reflujo gastro-esofágico, provocando malestar en la embarazada.
Se recomienda una dieta equilibrada y evitar las comidas copiosas, tumbarse nada más comer, los alimentos con grasas, las bebidas con gas. También masticar bien ayudará a prevenir esta acidez.
3. Hemorroides
Como resultado de la presión excesiva en la zona rectal, causada por el peso del feto y la placenta que descansan sobre la pelvis, las embarazadas suelen sufrir hemorroides.
El estreñimiento también favorece su aparición, por lo que evitarlo ayuda a prevenirlas. Beber mucha agua y alimentos con fibra contribuye a reducir el estreñimiento y, por tanto, la aparición de hemorroides.
Si no se han podido evitar, se aconseja acudir a un especialista para que decida que tratamiento es el más adecuado para curarlas. Existen numerosas pomadas, cremas y supositorios que no suponen riesgo para el feto.
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4. Gases
Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo también tienen efectos en el tracto intestinal ya que los procesos digestivos se desarrollan más lentamente, generando gases.
Esto sumado a que las embarazadas tienen un menor control sobre sus músculos rectales, provoca que las ventosidades puedan expulsarse en cualquier momento.
5. Vello facial y abdominal
El fortalecimiento de la melena de las embarazadas es una consecuencia del embarazo que suele alegrar a las gestantes. Sin embargo, esto también sucede en otras zonas como pecho, abdomen y barbilla, traduciéndose en la aparición de vello.
La cera es un buen método para librarse de este vello incómodo durante el embarazo.
6. Picor en la barriga
El estiramiento de la piel del abdomen a causa del crecimiento de la barriga y la sequedad en la piel provocada por los desajustes hormonales hacen que aparezca cierto picor en la barriga de las embarazadas, sobre todo, durante los últimos meses del embarazo.
La solución es hidratar muy bien la zona cada día desde el inicio del embarazo.
7. Fatiga
Durante el embarazo, el cuerpo consume mucha más energía de lo habitual por lo que las embarazadas se sienten habitualmente fatigadas durante los meses de gestación.
Por ello, es crucial que las embarazadas duerman bien y descansen lo necesario todos los días.
8. Sequedad Vaginal
En el momento del parto, la embarazada experimenta una caída importante de los estrógenos, que en la mayoría de ocasiones genera sequedad vaginal. Normalmente, esta disminución de los estrógenos se prolonga durante la lactancia.
Para evitar las molestias que pueden derivar de la sequedad vaginal, lo más recomendable es recurrir a la lubricación artificial mediante geles o cremas.
9. Mayor apertura de la vagina
Se calcula que la cabeza de un recién nacido puede llegar a medir unos 34,8 centímetros de diámetro. Un tamaño que, tras el parto, puede provocar el aumento de la apertura de la vagina.
Este agrandamiento podría ocasionar problemas como infecciones. Ante cualquier síntoma infeccioso lo más recomendable es acudir al ginecólogo para que realice el diagnóstico y paute el tratamiento más adecuado.
10. Conservación de la barriga
Es muy común que las embarazadas piensen que su barriga volverá al estado normal justo tras el parto y que recuperarán su figura anterior al embarazo con rapidez.
Por supuesto, la realización de ejercicio físico y el cuidado por la dieta durante el embarazo y tras la cuarentena contribuyen a la retonificación de la barriga pero normalmente ésta no se recupera completamente hasta los seis meses o un año tras el parto.
Lo más recomendable para recuperar el peso es marcarse objetivos a medio plazo, ya que la pérdida drástica de peso no es saludable, y el cuerpo necesita su tiempo para recuperarse. Por lo general se puede comenzar a los 2 meses del parto si no se está dando el pecho y a los 4 meses si se encuentra en periodo de lactancia.
Muchos de estos síntomas no pueden evitarse pero si pueden reducirse sus efectos y hacer más cómodo el día a día de la embarazada. Pide cita a tu especialista en obstetricia para resolver cualquier duda sobre los síntomas del embarazo.
Todo lo que necesitas saber para tener un embarazo saludable lo encontrarás en nuestra Guía del Embarazo. DESCÁRGALA AQUÍ y descubre todo acerca de los síntomas, cuidados y complicaciones que pueden aparecer en el embarazo.
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