Suelo pélvico, principales afecciones y recomendaciones
28 junio, 2022 Grupo Recoletas | HRCG | Maternidad y ginecología | Medicina General | Prevención
Etiquetas: Fisioterapia, Ginecología, ginecología y obstetricia, suelo pélvico
Llamamos suelo pélvico al conjunto de músculos y fascias (tejido compuesto por múltiples fibras) que cierra la pelvis en su parte inferior y mantiene las vísceras pélvicas en la posición adecuada para cumplir su función. Pero, sin embargo, este cierre de la pelvis no puede ser completo, ya que debe permitir el paso de la uretra, la vagina y el recto para permitir la micción, el coito, el parto y la defecación.
La estructura fundamental para realizar esta función de sostén es el músculo más extenso de la pelvis, el elevador del ano: un músculo compuesto por diferentes tejidos que mantiene cerrado el “suelo de la pelvis” en contra de las fuerzas que se generan en el abdomen. Además las fascias, los ligamentos y los órganos pélvicos se consideran elementos pasivos que juegan un papel importante para mantener la estabilidad.
Principales afecciones del suelo pélvico
Cuando se producen fallos o irregularidades en las estructuras del suelo pélvico aparecen las molestas disfunciones que causan una importante repercusión en la calidad de vida.
- Sensación de pesadez, hinchazón, tirón o dolor en la vagina que se agrava al final del día o cuando mueven el intestino.
- Sentir o percibir un «bulto» en la vagina.
- Dificultad para comenzar a orinar o vaciar la vejiga por completo.
- Infecciones del tracto urinario frecuentes.
- Pérdidas de orina al reírse, toser o hacer ejercicio.
- Necesidad urgente o frecuente de orinar.
- Dolor al orinar.
- Pérdidas de materia fecal o dificultad para controlar los gases.
- Estreñimiento.
- Dificultad para llegar al baño a tiempo.
Por desgracia, este tipo de síntomas y afecciones son muy frecuentes en la población adulta y debido al envejecimiento de la población cada vez serán más recurrentes.
Se estima que en España la incontinencia de orina afecta al 15-20% de las mujeres mayores de 40 años y el 11,8% necesitará ser intervenida por prolapso genital en algún momento de su vida.
No obstante, existe una serie de factores que condicionan y predisponen su aparición.
- Factores constitucionales o alteraciones del tejido conectivo o de sostén.
- El embarazo y el parto.
- Factores agravantes como el envejecimiento, las cirugías pélvicas previas y todas aquellas situaciones que provocan un incremento crónico de la presión abdominal.
- El consumo de determinadas medicaciones (antidepresivos, diuréticos, sedantes e hipnóticos o antipsicóticos) también pueden relacionarse con la aparición de síntomas, sobre todo miccionales.
¿Cómo cuido el suelo pélvico?
Por eso, para prevenir su aparición y minimizar sus efectos, es importante que sigas estas recomendaciones:
- Lleva una dieta equilibrada rica en fibra para evitar el estreñimiento y haz ejercicio físico para favorecer el movimiento intestinal.
- Controla la tos crónica y las alergias con repetidos estornudos.
- Evita el sobrepeso y la obesidad. Esto supone un factor de riesgo por el aumento de la presión intra-abdominal, elevando la tasa de prolapsos genito-urinarios.
- Reduce el consumo de cafeína porque tiene un efecto excitante sobre la vejiga y aumenta la imperiosidad y frecuencia miccional (café, té, cacao, refrescos con cola).
- Evita el consumo de alcohol por su efecto diurético.
- Deja de fumar. El tabaquismo aumenta el riesgo de la aparición de patologías pulmonares (asma, enfisema…) y con la tos crónica, muy a menudo presente en los fumadores, aumenta la presión intraabdominal.
- No levantes peso excesivo y evita empujar o tirar de objetos pesados.
- Vigila tu postura. Por ejemplo: estar sentada con la espalda encorvada incrementa la presión ejercida sobre el suelo pélvico.
- Reduce los ejercicios de alto impacto: running, aerobic, tenis, abdominales tradicionales, levantamiento de pesas con altas resistencias.
- No lleves ropa muy ajustada durante periodos prolongados (corsés, fajas).
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