Una proteína que frena el cáncer de mama y las metástasis pulmonares
21 mayo, 2015 Maternidad y ginecología
Científicos españoles del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) descubrieron el año pasado una proteína que en la investigación en ratones demostró que al ser inhibida en el cáncer de mama se reduce el desarrollo tumoral y se bloquea la progresión metastásica a pulmón, lo que abre nuevas opciones de tratamiento.
Un 30% de los carcinomas detectados entre las mujeres son cáncer de pecho, siendo éste el más frecuente entre las españolas. Aunque los avances en su diagnóstico y tratamientos han permitido alcanzar una de las tasas de supervivencia más altas, el 80% de los casos, sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer
Los casos que asocian mortalidad por este cáncer, se asocian normalmente a estadios del cáncer avanzados con extensión tumoral y metástasis, a la malignidad de algunos de sus subtipos y también a que las células cancerígenas desarrollan resistencia a los tratamientos. Por ello es importante identificar nuevos objetivos terapéuticos que permitan abordar estos los tratamientos desde ángulos nuevos.
Un grupo de investigadores del CSIC han descubierto en un modelo experimental en ratones que al inhibir la proteína R-Ras/TC21 se reduce el crecimiento del cáncer de mama y se elimina la metástasis en los pulmones, que es uno de las localizaciones más frecuentes (junto con hueso y cerebro) cuando las células del cáncer de mama se diseminan fuera del pecho en los estadios más avanzados. Además, el estudio ha probado que el bloqueo de esta proteína no causa ningún tipo de daño en el organismo, lo que implica que los futuros tratamientos basados en la inactivación de la ruta de R-Ras2 no darán lugar a efectos secundarios negativos.
Este estudio ha comprobado que el bloqueo y reducción del crecimiento del cáncer de mama se ha dado tanto en tumores HER2 positivos (cuando las células cancerígenas expresan esta proteína en la superficie) como en tumores triple negativos, que no expresan ni HER2 ni receptores de hormonas (estrógenos o progesterona). Estos últimos son lo que se llama cáncer de mama “triple negativo” y son los casos más difíciles de tratar en la actualidad.
La proteína R-RAS 2 / TC21 es muy parecida a otras de la familia RAS. Estos genes suelen mutar y estar implicados en el desarrollo de distintos tipos de cáncer. Este parecido, promovió la investigación para estudiar si el R-Ras 2 / TC21 juega algún papel fundamental en el desarrollo de tumores. Si fuese así, podría abrir una nueva vía de investigación para el desarrollo de nuevos fármacos.
Durante la investigación, se realizaron pruebas que han permitido identificar las respuestas de la célula ante determinados estímulos que juegan un papel destacado en la supervivencia y desarrollo de tumores y células cancerosas metastásicas. Así se comprobó que al eliminar la proteína TC21 se bloquea el desarrollo de estos procesos malignos. Además, el estudio también ha permitido cambiar el modelo clásico que se tenía sobre la señalización del oncogén RAS en células tumorales.
Con esta investigación también se han identificado los mecanismos moleculares mediante los que se produce la resistencia a los tratamientos. Estos datos permitirán el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para prevenirla.
En la actualidad, se está trabajando en el diseño y creación de nuevos medicamentos que permitan tratar el cáncer de mama basándose en este nuevo descubrimiento aunque desde aquí hasta que se puedan generar fármacos útiles falta todavía un largo trecho tanto a nivel pre-clínico como clínico. Además es necesario investigar si la desactivación de esta ruta puede contribuir a frenar otros tipos de tumores o si el bloqueo de las metástasis puede afectar a huesos y cerebro además de al pulmón.
Recuerda que el cáncer de mama es uno de los pocos cánceres que se pueden diagnosticar y tratar de forma precoz. Siempre que notes un bulto o cambio en los pechos, acude a tu ginecólogo para valorar si existe alguna patología. Además os recordamos que los especialistas recomiendan que todas las mujeres se hagan una revisión ginecológica anual que incluya revisión de las mamas, y que a partir de los 40 años esta revisión incluya mamografía para asegurarnos de que todo está en orden y, lo más importante, en caso de detectarse alguna anomalía, tratarla lo antes posible.
