¿Cómo se tratan los síntomas de la menopausia?
16 abril, 2015 Maternidad y ginecología
Superados, los 50 años de edad promedio, la mujer se enfrenta a una nueva etapa en su vida: la menopausia. Este periodo supone el cese de la menstruación y pone fin al periodo fértil de la mujer. Esta pérdida es progresiva a lo largo de los años, presentándose en varias subetapas, cuyos síntomas y tratamientos están bien diferenciados. El cuidado de la salud en este periodo, cada vez más prolongado dado el incremento de la esperanza de vida, será determinante a la hora de mejorar nuestra calidad de vida durante muchos años.
[optin-monster-shortcode id=»xwuts4tpkuo3mxmlazzt»]
Los primeros síntomas están vinculados con la disminución natural de actividad del ovario y de la producción de hormonas femeninas: estrógeno y progesterona. Los síntomas asociados a la menopausia se deben principalmente a la caída de los estrógenos y la intensidad de estos síntomas es variable.
Según la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia) el 25% de las mujeres apenas desarrolla síntomas, mientras que el 75% restante los sufre. ¿Qué ocurre si la menopausia viene acompañada de sofocos, insomnio, cambios en la figura, osteoporosis o alteraciones en el ánimo, entre otros? Existen una serie de recomendaciones que nos pueden ayudar a vivir mejor esta etapa de nuestra vida.
Para las mujeres que sufren de insomnio o sofocos será recomendable la realización de ejercicio. Caminar al menos 30 minutos al día nos ayudará a reducir los sofocos. De la misma forma, nos beneficiará el mantener una dieta sana, evitando las comidas copiosas, así como el eliminar de nuestras vidas las fuentes de estrés.
La sequedad vaginal, algo frecuente e inevitable tras la caída de estrógenos, se puede solucionar con la utilización de un lubricante específico. También es aconsejable el uso de un humectante vaginal para mantener una buena lubricación y evitar dolores en las zonas más íntimas.
Si los síntomas se acentúan, se puede optar por el THS (Tratamiento Hormonal Sustitutivo) siempre y cuando sus beneficios superen sus posibles riesgos. Éste se basa en el uso de hormonas, principalmente los estrógenos, de las que carece la mujer afectada por la menopausia. De ahí que para optar por este tratamiento sea muy importante ponerse en manos de especialistas, analizar la sintomatología de forma individualizada y en qué etapa de la menopausia se encuentra la mujer.