Cómo compatibilizar trabajo y embarazo
14 abril, 2015 Maternidad y ginecología
El hecho de estar embarazada no tiene por qué implicar el abandono de las rutinas personales ni el cese de la actividad laboral, siempre que sea un embarazo normal sin complicaciones y se trabaje en un entorno seguro. Lo recomendable es que, en condiciones normales, las mujeres embarazadas sigan con su vida normal y su rutina diaria tanto tiempo como le sea posible. Una gestación no se trata de ninguna enfermedad, conciliar la actividad laboral y el embarazo puede ayudar a afrontar mejor los cambios que se producen en esta nueva etapa.
La comunidad médica especializada en ginecología y obstetricia coincide en que, a no ser que existan riesgos para la futura madre o para el feto, toda mujer embarazada puede seguir desempeñando, prácticamente hasta el final del embarazo, su actividad laboral sin ningún tipo de problemas.
Los entornos laborales que supongan riesgos para el embarazo requieren un estudio individualizado del puesto de trabajo para tomar las precauciones necesarias, ya sea cambiar temporalmente de puesto de trabajo dentro de la empresa, o en caso de que esto no sea posible, solicitar la suspensión temporal. Este es el caso de los trabajos que requieran un esfuerzo físico importante, levantar peso o estar de pie de forma prolongada, trabajar de noche o en entornos laborales que impliquen estar expuesta a sustancias de riesgo, como microorganismos o determinados químicos o radiaciones (como laboratorios, fábricas, imprentas o salones de belleza). Será recomendable preguntar al responsable de prevención de riesgos laborales de tu empresa para conocer los riesgos concretos de tu puesto de trabajo.
Es necesario distinguir estas situaciones de riesgo laboral durante el embarazo, de la prescripción médica de Incapacidad temporal por complicaciones médicas durante el embarazo, embarazo de riesgo u otras situaciones médicas. La incapacidad temporal la prescribe un médico y no se descuenta de la baja maternal de dieciséis semanas.
Aunque la gran mayoría de mujeres en estado de gestación continúan trabajando hasta la recta final del embarazo, los dos últimos meses pueden resultar más incómodos y pesados. Los dolores de espalda, los problemas circulatorios en las piernas y el cansancio generalizado son los síntomas más comunes en esta última etapa de gestación, y es posible paliar en gran medida estos problemas siguiendo las siguientes recomendaciones:
– Llevar una dieta equilibrada y saludable evitando las comidas copiosas. Comer pocas cantidades muchas veces al día evitará que se produzca reflujo, náuseas o ardores.
– Mantener una buena hidratación y evitar el consumo de excitantes y dulces.
– Descansar más de ocho horas diarias.
– No realizar tareas pesadas.
– Usar ropa y zapatos cómodos y holgados.
– Usar medias de comprensión y dar pequeños paseos cada cierto intervalo de tiempo para mejorar la circulación, sobre todo si se pasa mucho tiempo sentada. También es conveniente buscar una silla ergonómica que permita la postura correcta de la espalda.
Si crees que no puedes continuar con tu trabajo consúltalo con tu médico y él valorará contigo qué es lo más conveniente.