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Consejos para prevenir la obesidad infantil

16 octubre, 2018 Nutrición y dietetica

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. La Organización Mundial de la salud (OMS) señala que la causa de la obesidad infantil no se centra solo en una dieta malsana y en la disminución de la actividad física, ya que hay factores socioeconómicos que fomentan esta enfermedad, como el desarrollo social y económico, la educación, el procesamiento, distribución y comercialización de los alimentos, incluso, la planificación urbana, el medio ambiente o el transporte.

Todo esto, unido al ritmo de vida acelerado, ha traído como consecuencia que la alimentación sea hipercalórica, con muchas grasas y azúcares, pero escasa en vitaminas, minerales y nutrientes necesarios para el funcionamiento de nuestro cuerpo.

La obesidad y la salud

Los niños que desde pequeños tienen obesidad o sobrepeso tienen más probabilidades de serlo también de adultos. Esto trae como consecuencia un mayor riesgo de aparición temprana de enfermedades crónicas como la diabetes o enfermedades cardiovasculares. Y además:

  • Hipertensión, hipoglucemia, hipercolesterolemia.
  • Incremento de riesgo cardiovascular.
  • Infarto.
  • Ictus.
  • Problemas de morbilidad y mortalidad.
  • Peores resultados psicosociales y educativos.

¿Qué podemos hacer?

La prevención y los buenos hábitos son esenciales para tener buena salud, tanto ahora como en un futuro. Es necesario hacer un esfuerzo para que los más pequeños se habitúen a llevar una vida sana. Estos son 10 consejos para prevenir la obesidad infantil:

  1. Servir raciones adecuadas para la edad del niño.
  2. Tener en el hogar una variedad de hortalizas, frutas y cereales integrales (pan integral, pasta integral, arroz integral, etc).
  3. Escoger leche y productos lácteos bajos en grasa o desnatados.
  4. Limitar el consumo de carnes rojas o de derivados cárnicos.
  5. Promover el consumo de legumbres y frutos secos.
  6. Retirar de la vista del niño las tentaciones ricas en calorías (lo mejor es no tenerlas en el hogar).
  7. Fomentar la actividad física, sin olvidar que los niños imitan a los adultos: si los padres hacen deporte, los hijos también lo harán.
  8. La bebida de elección para calmar la sed debe ser el agua. El consumo habitual de zumos está desaconsejado.
  9. Se debe limitar el consumo de azúcar, bollería y, sobre todo, bebidas azucaradas («refrescos»).
  10. Restringir a no más de 2 horas diarias el tiempo que los niños dedican a ver televisión, jugar a videojuegos o a navegar por Internet.

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