La importancia de detectar la dislexia y prevenirla
5 junio, 2019 Patologías | Publicaciones
Etiquetas: Logopedia
Autor: Dra. Mejías Valencia – Unidad de Logopedia
La dislexia forma parte y es la más frecuente de un grupo de trastornos que se denominan DEAs (Dificultad Específica del Aprendizaje). Las DEAs tienen origen neurobiológico y se caracterizan por dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de las palabras (escritas), y por problemas de ortografía y decodificación del lenguaje. Estas dificultades resultan de un déficit en el componente fonológico del lenguaje.
Como consecuencias secundarias pueden presentarse problemas en la compresión de la lectura y una experiencia lectora reducida que puede afectar el incremento del vocabulario y de la base de conocimientos.
Las DEAs están detrás de la mayoría de casos de abandono escolar. Muchos se identifican tarde cuando los niños ya han acumulado diversos fracasos escolares. Por ello es importante detectarlo en una edad temprana para poder intervenir.
¿Cómo podemos detectar la dislexia? ¿cuáles son los síntomas?
En el caso de la dislexia, se manifiesta con dificultades en la adquisición y uso de las habilidades de escucha, habla, lectura, escritura, razonamiento o cálculo. Constituye el 80% de los diagnósticos de los trastornos de aprendizaje, lo cual sitúa su prevalencia en torno al 2,8%.
Además de los trastornos del lenguaje oral, es la DEA más extendida y que mayor impacto tiene a nivel personal, académico y social. Nuestro sistema educativo se sustenta en la lectoescritura para la adquisición de conocimiento, algo poco favorecedor para el aprendizaje de estos niños.
Este panorama exige una ineludible actuación a través de la intervención preventiva para minimizar al máximo sus efectos. Para ello, hay que implicar, formar y dotar de herramientas profesionales a los diferentes ámbitos (educativo, sanitario) que les permitan hacer una detección temprana y así poder intervenir y/o derivar a los profesionales oportunos.
A partir de los 7-8 años, cuando los niños ya comienzan a adquirir suficiente vocabulario como para aprender a leer, se pueden presentar los primeros indicadores de dislexia:
- La NO adquisición de código alfabético
- No adquisición de la correspondencia entre grafema y fonema (letras y sílabas escritas y la interpretación de su correspondiente sonido)
- Lectura lenta y dificultad para adquirir la “lectura mecánica” o “automatizada”.
- Dificultades para recordar el alfabeto.
- Omisión, sustitución, inversión, distorsión o adiciones de letras, sílabas o palabras en el lenguaje.
- El exceso de rectificaciones durante sus lecturas.
- Pérdida reiterada de línea mientras se realiza una lectura.
- Falta de comprensión lectora debido al sobreesfuerzo para decodificar de algunos signos.
Ante la presencia reiterada de uno o varios de estos indicadores es recomendable acudir y consultar con el pediatra.
Diagnóstico y tratamiento de la dislexia
Un diagnóstico requiere una evaluación previa de los procesos (conductuales y cognitivos) implicados en la lectoescritura; considerar antecedentes genéticos y tipo de intervención específica recibida, así como criterios diagnósticos como entorno de aprendizaje favorable, cociente intelectual normal y al menos dos años de retraso en actividades de lectura.
En este último radica la dificultad que impide diagnosticar a temprana edad, pues hay que observar una diferencia del nivel de lectura de dos años como mínimo y esto no se puede comprar hasta los 8 o 9 años, para saber si se trata de un retraso o una alteración. Por tanto, hasta la edad lectora las dificultades pasan desapercibidas.
La dislexia avanza en el tiempo antes y después. Esto facilita observar los indicadores que anuncian una posible predisposición. De ahí, la necesidad de una evaluación en edad prelectora que permita detectar niños de riesgo y realizar una intervención preventiva lo antes posible. Saber si un niño va a leer bien o no, independientemente de que sea o no disléxico, es crucial para su desarrollo, en todos los casos saldrá beneficiado.
Evidencia científica: últimos avances en el diagnóstico
Gracias a las técnicas de neuroimagen y desarrollo de las neurociencias ha sido posible establecer las particularidades y situar los déficits que se dan en el cerebro de una persona con dislexia. Existen diferencias en la estructura cerebral , la actividad neuronal y su comportamiento.
También han permitido estudiar los cambios que se producen en su cerebro tras un entrenamiento adecuado. Estas anomalías cerebrales, no se curan, pero con adecuadas estrategias de aprendizaje se puede ayudar a compensar estas dificultades. Con entrenamiento y gracias a la plasticidad cerebral pueden darse modificaciones en el cerebro del niños y evitar así muchos problemas en sus vidas.
En caso de cualquier sospecha, no dudes en consultar con nuestros expertos en logopedia.
