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Esponjas vaginales para la menstruación, ¿sí o no?

5 mayo, 2016 Maternidad y ginecología

Esponjas menstruales, esponjas vaginales

Como pasó hace unos años con las copas menstruales, ha saltado a debate público un método alternativo para la regla que a pesar de ser antiguo, muy pocas personas conocen: las esponjas vaginales.

¿Qué son las esponjas vaginales o esponjas menstruales? 

Las esponjas vaginales son una forma alternativa de recoger el flujo menstrual. Existen dos tipos diferentes, las naturales, de origen marino, y las sintéticas. Como cualquier otro método menstrual, su función es la recogida del sangrado.

Su uso es similar al del tampón, aunque la principal diferencia es que son más flexibles y se adaptan muy bien a las paredes vaginales y, por tanto, a la anatomía de cada mujer.

¿Qué NO son las esponjas menstruales? 

Es esencial distinguir las esponjas menstruales de las esponjas anticonceptivas. Éstas últimas son un método anticonceptivo basado en la utilización de espermicida para evitar el embarazo. La efectividad de las esponjas anticonceptivas es mucho menor que la de otros métodos más fiables como el preservativo masculino o femenino.

¿Cómo se utilizan? 

Para su correcto funcionamiento, las esponjas mensuales deben mojarse antes de su uso y escurrirse para que el resultado sea un tacto humedecido que evite el roce habitual de los tampones. Posteriormente,  se introducen en la vagina con los dedos y tras su uso se retiran también con los dedos. A diferencia del tampón, estas esponjas no tienen ningún hilo que facilite la extracción.

Se utilizan con la frecuencia de un tampón y su mantenimiento depende de si son naturales o sintéticas. En concreto, las naturales o marinas se pueden reutilizar lavándolas tras cada uso, aunque las recomendaciones para su lavado son muy estrictas y requieren cierta dedicación. Las sintéticas, en cambio, no son reutilizables y se desechan tras su uso.

En el caso de las naturales su vida útil suele ser de unos seis meses.

Ventajas: 

  • Por su adaptabilidad, son más cómodas que otros métodos como los tampones o las copas menstruales.
  • Las sintéticas son compatibles con las relaciones sexuales, en las naturales este uso no es recomendable ya que complica su lavado, incluso puede obligar a tener que desecharlas.
  • En el caso de las naturales, son 100% ecológicas y reutilizables, por lo que pueden suponer un ahorro sobre los métodos desechables.

Inconvenientes:

  • Extracción: la ausencia de hilo obliga a tenerla que sacar con los dedos, lo que puede ser algo incómodo, sobre todo si estás fuera de casa.
  • Limpieza: en el caso de las desechables, no existe indicación en cuanto a su mantenimiento.

En cambio, en el caso de las esponjas vaginales reutilizables, la limpieza debe ser exhaustiva con el fin de favorecer la higiene vaginal y evitar posibles infecciones, pues, al contrario de lo que ocurre con las copas vaginales que son de un material inerte, las esponjas son porosas lo que hace que los microorganismos puedan quedar retenidos en sus fibras y producir infecciones.

La limpieza dependerá de las recomendaciones de cada fabricante, y en este sentido no existe un consenso con evidencia científica:  algunas sustancias limpiadoras son insuficientes para garantizar la total desinfección de la esponja y otros  podrían estar contraindicados ya que podrían alterar el pH vaginal y, con ello, irritar la zona y dañar la flora natural.  La esterilización sí garantizaría la ausencia total de microorganismos pero con las altas temperaturas el material de la esponja puede deteriorarse y perder su propiedad adaptativa, incluso fragmentarse, menguando su seguridad.

  • Seguridad: existen numerosos fabricantes de esponjas vaginales, pero no todos ellos cumplen con las normativas exigidas. Antes de adquirir el producto, es importante comprobar que cumplan con todas ellas.

Conclusiones:

Es indudable que la utilización de esponjas vaginales, y particularmente en el caso de las esponjas menstruales reutilizables, es un tema controvertido por lo que respecta a la higiene y seguridad.

Por un lado, las esponjas vaginales desechables son equiparables a los tampones y podrían ser una alternativa para aquellas mujeres a las que los tampones les resultan incómodos o les irritan, o bien una alternativa para su uso durante las relaciones sexuales. En cuanto a las esponjas menstruales naturales de origen marino podrían ser una alternativa para su uso regular, aumentando la comodidad y el ahorro al poder ser reutilizadas, pero sin olvidar las exigencias higiénicas.

En FIV Recoletos, te recomendamos descartar esta alternativa si no te sientes capaz de seguir las indicaciones de limpieza para utilizarlas debidamente.

Conocer cuáles son los diferentes métodos higiénicos menstruales, más allá de los tradicionales tampones y compresas, ofrece una mayor libertad para poder escoger cuál es idóneo para cada mujer. Para ello, es fundamental conocer las implicaciones que cada uno tiene, así como valorar sus pros y contras, escogiendo así el que mejor se ajuste a tus necesidades y preferencias.

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