¿Le contamos al niño sus orígenes? Tener hijos gracias al esperma u óvulos de donantes.
14 abril, 2016 Maternidad y ginecología
Por Leticia Muelas, Psicóloga Sanitaria.
Las parejas que han tenido hijos por reproducción asistida a través de la donación de gametos, bien sean gametos femeninos (óvulos) o gametos masculinos (espermatozoides), suelen tener muchas dudas y miedos a medida que los niños crecen y tienen que decidir si contarle a su hijo su origen genético.
¿Se lo contamos?
La evidencia científica recomienda sí contarle al niño sus orígenes, ya que el hecho de ocultárselo puede acarrear consecuencias negativas en el vínculo padres-hijos y pérdida de confianza.
¿Cuándo se lo contamos?
A partir de los 3 años los niños comienzan a hacer preguntas sobre dónde estaban antes de nacer, cómo han llegado a la barriga de mamá, de dónde vienen los bebés, etc. Es ese momento cuando el niño empieza a crear su identidad y la imagen de sí mismo y los demás. Por ello es recomendable empezar a hablarle de sus orígenes cuando empiecen a preguntar, siempre adaptando el contenido a su nivel cognitivo y madurez emocional. Haciéndolo de esta forma, según vaya creciendo el niño irá pautando el ritmo al que puede ir entendiendo las respuestas que le den los padres.
¿Cómo se lo contamos?
Una buena manera de cómo transmitir esta información a los hijos es a través de cuentos o analogías. Los niños pequeños comprenden mejor lo que se les explica cuando se usan ejemplos que ellos puedan entender.
¿Cómo reaccionará?
El conocimiento de esta información puede generar en los pequeños sentimientos como curiosidad, enfado, apatía, pena, desconcierto, etc. Sin embargo estos sentimientos no tienen que percibirse como algo negativo sino todo lo contrario. Significa que el niño está integrando y elaborando la información, forjando su propia identidad gracias a sus padres, quienes le irán proporcionado cosas muy valiosas: información sobre sí mismo, apoyo en sus momentos de duda, respeto y, lo más importante, una relación sincera y de confianza con su madre y/o padre.
Es importante entender que la carga genética de una persona sólo es el inicio del proceso de su desarrollo y no determina sus características esenciales: sus gustos, su forma de pensar, relacionarse, sentir o actuar, que finalmente constituyen quienes somos. La “verdadera familia” de un niño es aquella que le ayuda a desarrollar estas características a lo largo de la vida, mediante los afectos, la transmisión de valores y la educación y no la que aporta la carga genética.
En nuestra unidad de apoyo psicológico podemos ayudarte a gestionar ésta y otras cuestiones que puedan surgirte a lo largo del proceso de reproducción asistida.