Ojo: las infecciones vaginales son más comunes durante el verano
9 julio, 2015 Maternidad y ginecología
Con la llegada del verano, las infecciones e irritaciones ginecológicas aumentan debido a una serie de factores: mayor transpiración, calor y largos períodos de tiempo con la zona genital húmeda. Esto hace que dichas infecciones aumenten un 50% más que durante el resto del año.
La razón por la que esto ocurre se debe a un desequilibrio en la flora vaginal, ocasionado por el aumento de humedad y el calor en la zona, el cual resulta un ecosistema perfecto para la proliferación de hongos y bacterias.
Para saber cómo prevenirlas, primero debemos tener en cuenta cuáles son las infecciones ginecológicas más comunes en verano:
Esta es la infección más común en cualquier época del año, aunque en verano aumenta especialmente el riesgo de padecerla debido a que la humedad de la zona mucosa de la vagina es un lugar perfecto para que se rompa el equilibrio de la flora vaginal normal a favor de la Cándida.
Sus síntomas son: molestias, picor y escozor general en la zona genital (especialmente al orinar) y la secreción de un flujo blanquecino y espeso.
- Vaginosis bacteriana
Esta infección también es muy común, sobre todo en edad reproductiva y durante el embarazo. Es parecida a la candidiasis, porque se produce por el desequilibrio de bacterias de la flora vaginal. Sus síntomas son: flujo maloliente, dolor, irritación y escozor. La vaginosis bacteriana puede aumentar la predisposición a contraer enfermedades de transmisión sexual. Es de especial importancia en mujeres embarazadas porque pueden sufrir complicaciones como un parto prematuro.
Para prevenir estas infecciones se recomiendan las siguientes medidas concretas:
- Mantener la zona genital seca el máximo tiempo posible y cambiarse el bañador por uno seco en cuanto sea posible.
- Evitar la ropa muy apretada y, utilizar ropa interior de algodón u otro material transpirable.
- Cuidar la higiene íntima. Hay ciertas precauciones que hay que extremar con el verano: darse una ducha después de un baño en la piscina o en el mar para eliminar cloro, sal o arena que pueden irritar la zona.
- No realizar lavados intravaginales, ya que eliminan la flora vaginal defensiva. Evitar el uso de tampones por períodos prolongados.
- Sentarse sobre algún elemento (por ejemplo, una toalla) que aísle el cuerpo del calor que desprende el suelo o la arena.
- Utilizar preservativo cuando se practiquen relaciones sexuales.
- En caso de ya tener la infección, no utilizar geles, cremas o desodorantes ya que destruyen la flora que protege a los genitales.
En definitiva, para evitar sufrir una infección ginecológica este verano hay que tener en todo momento una higiene íntima adecuada, intentando tener la zona genital seca todo el tiempo posible y teniendo en cuenta las recomendaciones que se han dado en este post. Ante síntomas de infección vaginal es muy recomendable acudir a tu ginecólogo para que te diagnostique y trate correctamente, y no automedicarse porque puede empeorar la situación.