Píldora, ¿Por qué no? Falsos mitos
4 junio, 2015 Maternidad y ginecología
Existen muchas dudas sobre los riesgos asociados a tomar la píldora (anticonceptivos orales, AOs), en gran medida derivados de los efectos secundarios de las primeras píldoras de los años 60, que tenían una dosis hormonal y unos riesgos muy superiores a las actuales. En este post trataremos de desmontar estos falsos mitos.
En España se usa menos la píldora (y se consulta menos a los profesionales sanitarios)
Aproximadamente 65 millones de mujeres en todo el mundo usan AOs.
En España, el preservativo es el método anticonceptivo más utilizado por las mujeres en edad fértil (el 42% de las que usan alguno), seguido por la píldora, con un 16%, que es un porcentaje muy escaso en comparación con la alta demanda de otros países de nuestro entorno (Portugal, Francia, Alemania, Italia…).
Las mujeres en España eligen el método anticonceptivo sin consultar con los profesionales sanitarios, lo que puede llevar a una toma de decisiones menos informada: según la encuesta de anticoncepción de la Sociedad Española de Contracepción de 2014, el 60% de las mujeres españolas de entre 15 y 49 años no ha acudido a médico de cabecera, ginecólogo, matrona o centro de planificación para que le ayudaran a decidir el método más indicado para ella.
Historia de la píldora…y origen de los falsos mitos
La primera píldora anticonceptiva fue comercializada hace aproximadamente 50 años, y su disponibilidad ha supuesto un avance de gran importancia, tanto en la ginecología como en las relaciones de pareja. La posibilidad de disponer de un método seguro y fiable ha contribuido a mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres de todo el mundo.
El conocimiento de la historia de los AOs es importante, ya que muchas de las percepciones erróneas y temores respecto a estos fármacos se basan en los estudios del inicio del uso de la píldora en los años 60 con preparados sustancialmente diferentes y con dosis mucho más altas de estrógenos que los actuales. Los niveles altos de hormonas sintéticas usados inicialmente, aunque muy eficaces en la prevención del embarazo, estaban asociados a riesgos mayores de los esperados en un principio. Pronto se informó de un mayor número de usuarias de píldora que desarrollaban tromboembolismo venoso (TEV), y aparecieron evidencias del efecto protrombótico de las píldoras.
Desde entonces, los AOs han sido los fármacos que más estudios, y de más largo seguimiento, se han diseñado hasta la actualidad. Tras disponer de estudios clínicos y estadísticos, se reconoció la relación dosis-dependiente de los estrógenos. Por lo tanto, la dosis de estrógeno es un elemento clave cuando se selecciona un AO. Desde entonces, en el intento de minimizar al máximo los riesgos, la dosis de estrógeno se ha ido disminuyendo paulatinamente, llegando a ser 10 veces inferior a la de las primeras píldoras.
Los AOs de baja dosis actualmente disponibles son seguros siempre que no existan contraindicaciones, con menor mortalidad global en usuarias de la píldora que en no usuarias. La eficacia anticonceptiva es máxima, con un Indice de Pearl (IP) de 0.29 (nº de fallos por 1200/ nº de ciclos de exposición). Se considera un método excelente si el IP es de 0 a 2. (Valga como ejemplo decir que el IP del preservativo es de 5-7), manteniendo un perfil de seguridad alto.
Beneficios de la píldora además de su efecto anticonceptivo
Los AOs presentan importantes beneficios no contraceptivos ya constatados:
- Reducción del 40% en la incidencia de cáncer de ovario. Los datos con respecto al efecto protector sobre el cáncer de ovario son tan abrumadores como para recomendar los AOs en mujeres con riesgo alto; por antecedentes familiares, estado de portador de mutaciones en el gen BRCA o nuliparidad, incluso cuando no se requiere anticoncepción.
- Reducción del 50% en la incidencia de cáncer de endometrio.
- Reducción del 50% en la incidencia de patología mamaria benigna.
- Reducción del 50% en la incidencia de artritis reumatoide.
- Incremento de densidad mineral ósea.
- Tratamiento de muchos trastornos ginecológicos comunes, tales como el sangrado uterino disfuncional, anovulación persistente, fallo ovárico prematuro, quistes funcionales, endometriosis, dolor ovulatorio, etc…
Contraindicaciones
Existen ciertas enfermedades o situaciones que contraindican el uso de la píldora:
- Tromboembolismo venoso.
- Enfermedad arterial coronaria o cerebrovascular.
- Enfermedad estructural cardiaca.
- Diabetes mellitus con complicaciones.
- Cáncer de mama.
- Embarazo.
- Lactancia
- Hepatopatía
- Cefaleas con síntomas neurológicos focales.
- Cirugía mayor con inmovilización prolongada.
- Edad > 35 años y fumadora de más de 20 cigarrillos / día.
- Hipertensión arterial>160/100 mm Hg o con enfermedad vascular concomitante.