Planificar el embarazo
18 octubre, 2017 Maternidad y ginecología
La mujer en edad reproductiva debería tener unos conocimientos sobre su fertilidad. Lo ideal es intentar planificar el embarazo, consultarlo con su ginecólogo, una valoración individualizada de la mujer, saber sus antecedentes personales y familiares, y favorecer un estilo de vida saludable antes del embarazo, evitando el tabaco, alcohol y drogas, y tomar las medidas oportunas.
En la consulta de Ginecología, además, se puede asesorar sobre la fertilidad de la mujer. Muchas deciden retrasar la maternidad por diversas situaciones laborales, personales… Es importante saber que desde la consulta se puede conocer la reserva ovárica, que es la mayor o menor dotación de folículos que tiene los ovarios de una mujer, y será un buen marcador pronóstico reproductivo en la mujer no infértil.
Por otra parte, sabemos que la fertilidad disminuye a partir de los 36-37 años, y el profesional le puede asesorar, en caso de deseo gestacional, los días del ciclo en los que la probabilidad de gestación sea superior. Si no se consiguiera ésta, se aconsejará sobre cómo y cuándo iniciar un estudio de esterilidad.
El periodo de organogénesis es el de mayor vulnerabilidad para el embrión, comprendido entre el 17º y el 57º día después de la concepción, es decir, las 10 primeras semanas después de la última menstruación. La mujer tiene que estar en las mejores condiciones de salud antes de iniciar la gestación, y seleccionar el momento más adecuado para la concepción. O en el peor de los casos desaconsejar la gestación.
Antecedentes Personales-Familiares
Enfermedades como la diabetes mellitus insulin-dependiente se benefician enormemente de una buena planificación en la que el control óptimo de la glucemia durante el período periconcepcional reduce el riesgo de malformaciones congénitas y de aborto espontáneo.
Los objetivos son:
• Caracterizar el tipo de diabetes
• Evaluar la existencia de complicaciones de la enfermedad (retinopatía, nefropatía, neuropatía, microangiopatía) y patologías asociadas
• Optimizar el control glucémico hasta alcanzar previamente a la concepción una cifra de hemoglobina glicosilada lo más cercana posible a la normalidad Otras enfermedades como la hipertensión pulmonar severa, enfermedades cardiacas severas, etc. desaconsejan la gestación, dado los efectos adversos sobre la madre. También hay que tener en cuenta enfermedades asociadas al efecto perinatal adverso, en caso de diabetes mellitus mal controlada, hipotensión crónica, fenilcetonuria… Ante antecedentes de enfermedad hereditaria como, por ejemplo, anomalías cromosómicas, distrofia muscular, defectos del tubo neural, hemoglobinopatías… la pareja debe asesorarse de las opciones de diagnóstico prenatal y las opciones disponibles en caso de que el feto estuviese afectado.
Estilo de Vida – Nutrición
El estado nutricional de la madre en el momento de la concepción es un determinante fundamental del desarrollo embrionario, con efectos sobre la salud del embrión y durante su vida adulta. El sobrepeso está asociado a un aumento de anomalías en el embrión (en casos con un IMC >25 kg/m2 se debe valorar la pérdida de peso en la mujer). Se aconseja el consumo moderado de cafeína y el abandono del tabaco tanto de la mujer y su pareja ofertándoles medidas de apoyo. También hay que desaconsejar el consumo de alcohol durante el embarazo, realizar ejercicio físico moderado y promover una vida sexual saludable.
Suplementación Farmacología
Ácido fólico: Existe una sólida evidencia sobre la reducción de la incidencia y recurrencia de los defectos del tubo neural (DTN) con el consumo de cantidades adecuadas de folatos antes de la concepción y durante las primeras semanas del embarazo. Es muy importante que su administración sea diaria. Su toma irregular o cuando se toma de forma tardía en el segundo mes no disminuye el riesgo de defectos del tubo neural. La suplementación farmacológica con folatos debe cubrir el periodo comprendido entre 4 semanas antes y 12 semanas tras la concepción. En mujeres de bajo riesgo de tener un feto con DTN se recomienda al menos 0,4-0,8 mg/día. En mujeres de alto riesgo, es decir, con diabetes mellitus insulina-dependiente, obesidad (IMC >35 kg/m2) o antecedentes familiares de DTN, o riesgo de recurrencia de DTN, al menos 4 mg/día.
Yodo: El ingreso dietético recomendado durante el periodo preconcepción es de al menos 150 pg./día, debiendo incrementarse durante el embarazo y lactancia hasta al menos 200 pg./día. Hay que hacer hincapié antes de la concepción sobre el consumo de sal yodada y de alimentos ricos en yodo. La ingesta de folatos junto con complejos multivitamínicos durante toda la gestación (siempre que no contengan vitaminas liposolubles por encima de las dosis diarias recomendadas), reduce la incidencia de malformaciones cardiacas, urinarias, oro-faciales, de extremidades y estenosis pilórica. En la mujer sin factores de riesgo de tener un hijo con DTN, que planifica su embarazo y que cumple correctamente las prescripciones médicas, se recomienda una dieta con alimentos ricos en folatos y la suplementación diaria con un preparado multivitamínico con ácido fólico (0,4-1 mg) desde al menos 2 o 3 meses antes de la concepción y a lo largo de todo el embarazo y el periodo posparto.