Tumores parotídeos en niños
20 julio, 2020 Recoletas Salud
Etiquetas: Recoletas Salud Nº21 - Julio 2020
Los tumores parotídeos en niños son menos frecuentes que en los adultos, pero en cambio la tasa de malignidad es superior. Por ello, es importante tener en cuenta que los quistes de primer arco branquial entran dentro del diagnóstico diferencial. Las lesiones que afectan a las glándulas salivares en los niños pueden tener un origen inflamatorio o tratarse de una enfermedad granulomatosa o neoplásica. En cuanto al sexo, los estudios indican que las niñas son más propensas que los niños a este tipo de enfermedad – siendo la relación de 3/2 a favor del rango femenino-.
Hay diferentes materiales y métodos para utilizar en estos casos, y en niños con delgadez en el Sistema Musculoaponeurótico Superficial (SMAS) supraparotídeo existe la probabilidad de tener un Síndrome de Frey. Se trata de un síndrome relacionado con la ingesta que puede ser congénito o adquirido, en algunas ocasiones, tras una cirugía de la parótida. Por ello, la posibilidad de interposición de tejido autólogo suprafacial (colgajo o grasa) debe ser considerada una opción para prevenir dicho síndrome.
En cambio, el tumor parotídeo más frecuente en niños es el adenoma pleomorfo. Es un tumor usualmente solitario y se presenta como una masa nodular firme. Es de tacto blando, de crecimiento lento y sin dolor, y en 85% de las veces de una de las glándulas parótidas y el resto en las glándulas submandibulares y sublinguales.
Para un paciente con esta sintomatología, como primera prueba se solicita una ECO BAG: la biopsia con aguja gruesa es un proceso similar a la Punción/Aspiración con Aguja Fina (PAAF), utilizando para la punción una aguja gruesa (calibre 11 a 18) que permite extraer un cilindro fino de tejido para su valoración por el anatomopatólogo y hacer así un estudio histológico.
Con ello, como consecuencia del estudio anatomopatológico resultará el adenoma pleomorfo, completando la historia clínica con una resonancia magnética cervical para identificar estructuras tales como el nervio facial y la vena retromandibular con los dos lóbulos parotídeos: curvas de tipo II- que son un tipo de curva en la difusión de la resonancia magnética- que apoyan la Anatomía Patológica.
El tratamiento es la resección quirúrgica. Sin embargo, la extensión de esta última puede variar desde la enucleación – extirpación completa- hasta la parotidectomía total. Con un tratamiento adecuado el pronóstico es excelente. La cirugía de parotidectomía superficial es la solución a esta patología.
Este tratamiento quirúrgico es la única opción terapéutica y por lo general ofrece un pronóstico muy bueno. Para el tratamiento óptimo se recomienda la resección completa con bordes negativos con un índice de éxito superior al 95%. Por ello, es aconsejable una parotidectomía superficial o total con disección y preservación del nervio facial.
La meta de la cirugía siempre debe ser la preservación de la función del nervio facial junto con la ausencia completa de tejido salival con evaluaciones subsecuentes por recurrencia.