CIRUGÍA ENDOVASCULAR – Cirugía mínimamente invasiva de arterias y venas
29 enero, 2019 Recoletas Salud
Etiquetas: Recoletas Salud Nº16 - Enero 2019
El avance tecnológico ha permitido en los últimos años un nuevo abordaje terapéutico de muchas enfermedades vasculares denominado cirugía endovascular. De esta manera, muchas intervenciones quirúrgicas convencionales están dejando paso a estas técnicas. La cirugía endovascular reúne una serie de técnicas mínimamente invasivas que permiten tratar múltiples patologías, tanto a nivel arterial (aneurismas, isquemias de las extremidades o estenosis carotídeas), como a nivel venoso (trombosis, insuficiencia venosa pélvica, varices). Es actualmente una de las primeras opciones dentro del campo de la Angiología y Cirugía Vascular.
La cirugía endovascular se define como el conjunto de técnicas y procedimientos quirúrgicos que tratan la lesión vascular a distancia mediante dispositivos intraluminales, que se introducen percutáneamente o por exposición quirúrgica del vaso. Incluyen técnicas de angioplastia sola o asistida por láser, aterotomías, soportes y prótesis intraluminales, terapia trombolítica y filtros interruptivos. También incluye la utilización de métodos auxiliares a estas técnicas de imagen por rayos X o ultrasonidos.
En grandes rasgos, se puede decir que consiste en el empleo de catéteres, balones, stents, endoprótesis…En definitiva, dispositivos que a través de un acceso vascular a nivel de las extremidades superiores o inferiores (mediante una punción un poco mayor que la habitual para realizar una extracción de sangre para una analítica), permiten llegar al vaso enfermo y tratarlo oportunamente. Como previamente se ha comentado, diversos dispositivos son utilizados en estas técnicas:
- Introductores: sistemas que permiten el acceso al árbol vascular del paciente a través de punciones en la piel a nivel de extremidades superiores o inferiores, habitualmente.
- Catéteres: vainas de material plástico y metálico que permiten navegar a través del árbol vascular desde el lugar de punción hasta el vaso enfermo.
- Angioplastia: es la dilatación de un vaso a través del empleo de un balón, que es hinchado dentro del mismo. Se pueden emplear balones impregnados en fármacos, que actúan a nivel local, consiguiendo efectos más duraderos.
- Stent: malla metálica que se implanta dentro de un vaso estenosado u obstruido que hace que permanezca abierto por más tiempo. También existen stents combinados con fármacos que se utilizan en diversos sectores del sistema circulatorio.
- Endoprótesis o stent recubierto: se trata de stents recubiertos por una malla de tela de diferentes tejidos que permiten que la sangre pase por su interior y no salga por fuera de ellos. Muy empleados en dilataciones arteriales o aneurismas.
- Coils: espirales metálicas que se emplean para ocluir (trombosar) un vaso y conseguir que la sangre no fluya a su través.
- Catéter de radiofrecuencia o de endoláser: empleados habitualmente en pacientes con insuficiencia venosa pélvica (varices). Permiten colapsar los grandes ejes venosos de las extremidades inferiores (por ejemplo safenas), sin necesidad de extracción quirúrgica abierta.
- Trombolisis: tratamiento mediante catéteres de coágulos y trombos que ocluyen los vasos.
- Filtros interruptivos: empleados en trombosis venosas e impiden la progresión de dichos trombos hasta afectar a los pulmones.
La aplicación de este tipo de cirugía puede aplicarse a la mayoría de las enfermedades vasculares. A nivel arterial, en aneurismas de aorta abdominal o torácica se ha convertido en el tratamiento de elección en casos favorables para pacientes mayores de 65 años. Por su parte, en el caso de isquemias (falta de riego sanguíneo) de las extremidades inferiores o superiores constituyen el primer paso terapéutico por delante del bypass. A nivel venoso, el tratamiento endovascular de la insuficiencia venosa pélvica, gracias a la embolización de varices uterinas o pélvicas, ha conseguido mejorar la calidad de vida de múltiples pacientes aquejados de dolor pélvico y recidivas de cirugía de varices en extremidades inferiores. Las mismas varices también son subsidiarias de ser tratadas mediante estas técnicas, gracias al empleo del endoláser o los catéteres de radiofrecuencia para evitar safenectomías.
La implantación de estas técnicas ha revolucionado el tratamiento de la cirugía vascular en los últimos quince años. Las principales ventajas se pueden resumir en el concepto de mínima invasión. No se precisa anestesia general, solamente anestesia local o locoregional, además de evitar grandes cicatrices, lo que conlleva un menor dolor postoperatorio. El ingreso hospitalario y la permanencia en unidades de cuidados intensivos disminuyen, permitiendo una rápida recuperación y reincorporación a la actividad diaria habitual.
Estas técnicas deben realizarse en centros especializados y por profesionales altamente cualificados, con una formación específica en este campo y destrezas adquiridas en múltiples procedimientos. Al ser procedimientos técnico-dependientes, se requiere una dotación de quirófanos híbridos con aparataje radiológico avanzado. Únicamente profesionales procedentes de hospitales de referencia pueden realizar estos tratamientos con seguridad y estándares de calidad.
La cirugía endovascular ha supuesto un gran avance en la terapéutica de las enfermedades vasculares, permitiendo un tratamiento mínimamente invasivo, bajo anestesia locoregional, con corta estancia, menos dolor y rápida recuperación con resultados semejantes a la cirugía tradicional abierta en muchos casos.
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