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Imagen de dos personas con un calzado adaptado

Cómo elegir un buen calzado para tener unos pies sanos

27 agosto, 2020 Prevención

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En poco tiempo dejaremos atrás el verano y con él, el calzado de la temporada playa/piscina y mucho calor, donde reinan las chanclas y el calzado abierto. En otras ocasiones ya hemos hablado de cómo cuidar tus pies en verano pero a continuación vamos a profundizar en el calzado, un elemento imprescindible para tener unos pies sanos.

Desde Recoletas, donde disponemos de grandes profesionales en la Especialidad de Podología, queremos aconsejaros cómo elegir un buen calzado para cuidar de tu salud. ¡Allá vamos!

Causas del dolor en los pies: ¿qué zapatos utilizas?

Es importante que en todo momento escojas los zapatos adecuados en función de la forma del pie y de la pisada que tengas, ya que el calzado no es el mismo para una persona que sufre de pies planos o que tiene tendencia al clásico juanete.

Además, otro factor que influye en la elección de zapato, como comentábamos al inicio del post, es la ocasión para lo que se necesiten los zapatos y el uso que se les va a dar. Por ello, es fundamental un zapato cómodo para el día a día, que no nos provoque problemas de salud. Como también influye el clima o la estación en la que estemos. En verano, por ejemplo, es importante elegir calzado que facilite que los pies transpiren y eviten la sudoración excesiva.

Algunas de las consecuencias que podrían solucionar con la elección de un buen calzado son:

  • Callosidades: Al tener un exceso de fricción en el pie (usualmente por el calzado utilizado), suelen surgir las hiperqueratosis plantares o comúnmente conocido, callosidades o durezas. Se trata de una piel gruesa o endurecida en una zona concreta del pie, da la sensación de sequedad y tiene una textura áspera. Provoca dolor y molestia al rozarlos o cuando caminamos.
  • Fascitis plantar: Fascia plantar es el nombre por el que se conoce el tejido grueso de la planta del pie que cuando se inflama o se hincha, se denomina fascitis plantar. Suele ocurrir cuando hay una sobrecarga y se usa un calzado inadecuado.
  • Espolones: Son calcificaciones que se dan en el talón, puede producirse como consecuencia de una fascitis o por sobrepeso, la edad, la forma de los pies y como no, por el calzado que se usa.
  • Juanetes: Se trata de una deformidad del dedo gordo del pie que produce dolor y es poco estético.

Todas las patologías mencionadas pueden surgir por la elección de un mal calzado, por ello siempre tenemos que optar por calzado elaborado con material de calidad y que garantice la transpiración del pie.

Además, no debemos escatimar a la hora de comprar zapatos, ya que los pies son quienes soportan todo el peso de nuestro cuerpo y se convierten pues en una parte muy delicada que debemos cuidar, ¿no te parece?

Las personas con dolencias o problemas podales específicos deberán usar zapatos para problemas en los pies, adaptados a su caso para corregir el mal o aminorar el dolor. Lo recomendable es acudir al especialista en podología, ya que será el médico encargado de determinar cómo elegir el calzado adecuado para cada afección en los pies.

¿Cómo elegir el calzado? ¡Adapta tu pie al calzado y no al revés!

Muchas ocasiones tomamos decisiones pensado que tras un tiempo calzando unas zapatillas se adaptarán al pie, ¿verdad? Es un error muy común y que acarrea algunas de las patologías comentadas arriba y con ellas, un dolor intenso de pies.

Os damos algunas recomendaciones de cómo elegir un buen calzado para unos pies sanos:

  • Materiales que cuiden la transpiración del pie.
  • No debe ser un zapato alto (que supere los tres centímetros) y mucho menos si es el zapato de uso diario.
  • La parte ancha del zapato tiene que ser lo suficiente como para que el pie se encuentre cómodo en todo momento.
  • Zapato con suela flexible, ya que al andar hacemos un movimiento que si no disponemos de una suela cómoda y flexible, nos acarreará problemas.
  • Seguros y no resbaladizos, ya que en el día a día podemos pasar por un suelo con menor adherencia y puede provocarnos una mala caída.
  • Buena sujeción y nada de dejar los cordones sin atar, pues un traspié podría provocar fácilmente una torcedura de tobillo.

Tratamiento: ¿Qué hacer cuando te duelen los pies?

Si tras el verano ha aparecido algún tipo de molestia como las mencionadas u otras más comunes de la estación, como por ejemplo los hongos, lo más recomendable es hacer una visita al podólogo, ya que determinará las causas por las que se han producido y pondrá un tratamiento efectivo antes de que la molestia se complique.

Cuando tienes dolor en los pies o durezas, la higiene es un tratamiento básico (y también es aplicable a todos los días del año y sin dolor, claro), y no se puede descuidar. Lavarlos con agua templada – no caliente – es un paso principal para favorecer la eliminación de durezas.

Después del lavado, hay que dedicar unos minutos a secar bien los pies, sin olvidar la zona entre los dedos pues es un espacio en el que las bacterias proliferan con facilidad.

Si es necesario aplicar piedra pómez para eliminar las durezas, hay que hacerlo con una fricción suave, que no nos produzca irritaciones. Por último, para completar el proceso, se puede aplicar una crema específica para los pies, es fácil encontrar productos especiales para emplear después del verano.

Ante cualquier duda, puedes contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.

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