Estrés, ¿cómo afecta a nuestra piel?
29 marzo, 2022 Grupo Recoletas | Patologías | Prevención
Etiquetas: Dermatología, estrés
La mayoría de personas conviven en su día a día con un cierto grado de estrés que, si no se gestiona de la manera correcta, puede llegar a condicionar nuestras vidas e impactar de manera negativa sobre la salud física y mental. Por eso, a pesar de que, por lo general, nos referimos al estrés como una afección meramente emocional o psicológica, hay que destacar que es habitual que presente signos en nuestros organismo.
Sin duda, uno de los más frecuentes y perceptibles, es la aparición de patologías dermatológicas como falta de luminosidad, erupciones, rojeces y ronchas en la piel provocadas por una reacción química del cuerpo ante el estrés. Esta respuesta hace que la piel se vuelva más sensible y reactiva, dificultando la curación de los problemas cutáneos y el descontrol de las enfermedades crónicas previas.
¿Qué patologías están relacionadas con el estrés?
De este modo, si nos centramos en su origen, las siguientes afecciones de la piel pueden estar fuertemente condicionadas por el estrés.
Dermatitis. Inflamación de la piel que provoca eccemas, sequedad y puede llegar a causar descamación en áreas como la cabeza, las cejas o las alas nasales.
Psoriasis. Aunque se trata de una enfermedad crónica que tiene su origen en un trastorno del sistema inmunológico, el estrés afecta de manera directa a la aparición de los brotes que provocan la inflamación y/o descamación de la piel. Cuando esto sucede da lugar a lo que conocemos como psoriasis nerviosa.
Rosácea. El estrés puede provocar, favorecer y mantener los brotes de rosácea durante meses. Las crisis de esta enfermedad presentan un enrojecimiento continuado de la cara, provocado por la dilatación de los vasos sanguíneos. Además, pueden aparecer arañas vasculares, espinillas y un constante picor.
Vitíligo. El estrés provoca el agrandamiento de las áreas descoloridas de la piel causadas por el vitíglio. Esta enfermedad ataca a las células de la melanina y tiene un componente genético.
Urticaria. Las urticaria son manchas rojas, elevadas o ronchas, muy variables en forma y tamaño y pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Las áreas afectadas por la urticaria presentan picor y en algunos casos causan una sensación de hormigueo o ardor.
En los casos más graves, las erupciones y brotes pueden ir acompañados de:
- Descamación de la piel o ampollas.
- Fiebre.
- Dolor.
¿Cómo puedo prevenir y tratar los síntomas?
Como es prácticamente inevitable que, en algún momento, vivamos una situación de estrés, lo más importante es estar preparado para cuando esto suceda. Por eso, el primer paso para la prevención de estas afecciones es aprender a canalizar el estrés a través de técnicas de relajación o el ejercicio físico. Además, tener una piel cuidada puede hacer que los síntomas sean mucho más leves.
Sigue estos 5 consejos y ayuda a tu piel a prepararse contra los momentos más críticos:
- Hidrata tu piel.
- Evita la sobreexposición al sol y a la contaminación.
- Duerme y descansa correctamente.
- Mantén una dieta equilibrada.
- Realiza un automasaje.
Hay que recalcar que no es recomendable la automedicación para intentar paliar los síntomas de los distintos brotes, pero sí se puede enfriar la piel para aliviar la picazón.
No obstante, si notas la aparición o el empeoramiento de estos signos, acude a un especialista para que valore el grado de afección y te prescriba el tratamiento más adecuado.