La maternidad en solitario, una realidad social
5 junio, 2014 Maternidad y ginecología
El número de mujeres que, por distintos motivos, eligen la opción de ser madres en solitario está aumentando cada año. La mayoría son mujeres en la treintena, que han ido postergando la maternidad por haber centrado sus esfuerzos en el mundo laboral o por no tener un proyecto de maternidad en pareja y que, llegado un momento deciden tener un hijo en solitario, afrontando solas los retos de la maternidad y crianza.
Se trata de una elección que, sin duda, entraña retos y dificultades pero que, lejos del estigma social que tuvo hace unas décadas, se va imponiendo como una decisión valiente y legítima para aquellas mujeres que desean gozar de la maternidad de forma libre y consciente sin necesidad de tener pareja. Pero, ¿qué hay que saber antes de afrontar tal decisión?
Una vez se ha decidido afrontar la maternidad en solitario, el primer paso suele ser acudir a una clínica de Reproducción Asistida para buscar la ayuda de un equipo de profesionales especializados. Las opciones que la reproducción asistida ofrece a las mujeres solas para lograr el embarazo son exactamente las mismas que a cualquier otra mujer, utilizando semen de donante. Aunque la inseminación artificial para mujeres sin problemas reproductivos suele ser la primera opción, existen otras técnicas disponibles como la miniFIV, la FIV convencional, o la FIV con ICSI. Además, en los casos en los que exista alguna circunstancia que impida utilizar sus propios óvulos, existe la posibilidad de recurrir a ovocitos o embriones donados.
Sea cual sea la técnica adecuada para la futura madre, el papel del donante de semen es esencial. Para ser donante es necesario ser joven, disfrutar de un estado de salud física y psicológica y de una calidad espermática óptimos, lo que se demuestra a través de un estricto proceso de selección. En España, la donación es anónima por ley tanto para el donante como para la mujer receptora.
El aumento de la diversidad en los modelos de familias, entre las que se incluyen las monoparentales, es una tendencia social marcada y aunque existen distintas vías de entrada a la monoparentalidad, cada vez acuden más mujeres a las clínicas de Reproducción Asistida que eligen ser madres en solitario. . Pedagogos y psicólogos han demostrado que es perfectamente posible criar a un niño en una familia monoparental cubriendo todas sus necesidades afectivas, emocionales y educativas.