Glaucoma: una de las principales causas de ceguera en el mundo
28 agosto, 2019 Patologías | Publicaciones
Etiquetas: Glaucoma, Glaucoma Ocular, Instituto Oftalmológico Recoletas, oftalmología, Piñuel González, Unidad de Oftalmología
Autor: dr. Jesus Alberto Piñuel González – Unidad de Oftalmología
Hablamos de una enfermedad importante y frecuente, que constituye la segunda causa de ceguera en el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, debemos de puntualizar que la primera causa de ceguera es la catarata, en cuyo caso podemos revertir la situación mediante una intervención quirúrgica. En el glaucoma la ceguera que padecerá el enfermo es irreversible.
Pérdida de la visión irreversible
El glaucoma es una dolencia de difícil comprensión para los pacientes, ya que hasta estadios avanzados no produce signos de alarma. Su detección precoz pasa por la realización de revisiones periódicas por el oftalmólogo.
Incluso una vez diagnosticado correctamente muchos pacientes abandonan el tratamiento por la ausencia de sintomatología. Es complicado entender la administración de colirios de por vida o el sometimiento a intervenciones quirúrgicas que, en ambos casos, pueden acarrear disconfort y efectos secundarios, cuando en estadios incipientes y medianos de la enfermedad el paciente no tiene ningún síntoma que le impida su vida normal.
¿Qué es el glaucoma ocular? 👁️
Otra cuestión que confunde a la población es en qué consiste realmente la enfermedad, siendo esto de vital importancia para percibir la gravedad del proceso. Es frecuente que se asimile el concepto de glaucoma al de tensión ocular elevada, que aunque es un signo frecuente de glaucoma, no es por sí misma indicativa de enfermedad.
El glaucoma es una enfermedad que afecta a una de las estructuras más importantes del globo ocular: la cabeza del nervio óptico.
Para entenderlo mejor y de manera simple; el nervio óptico sería como el ‘cable’ que conecta el ojo con el cerebro y transmite a éste la información visual para su elaboración. Si se destruye esta conexión el paciente deja de percibir imágenes y aparece una ceguera completa y muy invalidante.
Tipos de glaucoma
Existen diferentes tipos de glaucoma. Todos ellos tienen en común que pueden derivar en ceguera irreversible por la destrucción del nervio óptico. De todos, el más frecuente es el Glaucoma Crónico Simple o de Ángulo abierto, siendo además el subtipo que menos síntomas produce hasta estadios avanzados. Llegados a este punto la enfermedad suele ser irreversible a pesar de un tratamiento correcto.
Síntomas y diagnóstico de glaucoma
La tensión ocular, que tan frecuentemente se toma en lugares diferentes de una consulta oftalmológica, es una técnica a adecuada y sencilla para la detección precoz. Pero ni una tensión intraocular alta equivale a glaucoma ni una tensión ocular normal lo descarta. Hay que valorar muchos parámetros y realizar un seguimiento a medio plazo para diagnosticar o descartar glaucoma. Y en este sentido el único capacitado para realizar este diagnóstico es el oftalmólogo, aunque a veces incluso disponiendo de los medios adecuados no le resulta fácil.
Entre las pruebas que pueden llevar a una alta sospecha están:
- la tensión ocular
- la paquimetría corneal
- el análisis por visualización directa de la cabeza del nervio óptico
Todas ellas disponibles en cualquier consulta oftalmológica. Una vez que la sospecha es alta se puede pasar a la realización de una Campimetría Visual y Tomografía Óptica de Coherencia (OCT). Pruebas más complejas pero indispensables para el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad.
¿Cómo prevenir el Glaucoma?
Para una detección precoz se recomienda realizar una revisión oftalmológica a partir de los 40 años. El oftalmólogo aconsejará según los hallazgos de la exploración cuando debe de realizarse la siguiente. No obstante, hay grupos de riesgo que deben realizar revisiones más frecuentes: personas de raza negra, pacientes de más de 60 años, familiares de personas diagnosticadas, diabéticos y personas con miopía grave.
No olvidemos que el glaucoma es una enfermedad que si no se trata adecuadamente conducirá con mucha probabilidad a la ceguera total e irreversible. También debemos recordad que, por ser una dolencia asintomática, sólo es detectable si el paciente acude a revisiones periódicas que debe realizar siempre un oftalmólogo.
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