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Obesidad y coronavirus: recomendaciones de salud para evitar mayor riesgo

28 mayo, 2020 Grupo Recoletas | Nutrición y dietetica | Unidad de Obesidad

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El confinamiento llevado desde la segunda quincena del mes de marzo ha hecho que  muchas personas adquieran hábitos alimenticios menos saludables, poniendo en riesgo su salud.

Desde Recoletas, como grupo hospitalario de referencia, sabemos las complicaciones que acarrean para una persona sufrir obesidad. Y que, además, ahora también se relaciona con cómo se responde a la infección por Covid-19.

Por ello, la Nutricionista del Hospital Recoletas Campo Grande, Paula Crespo, trata a continuación los puntos más importantes que debemos conocer entre la obesidad y el coronavirus.

Relación entre obesidad y coronavirus: ¿cuánto es el riesgo?

La obesidad es considerada una enfermedad crónica, multiorgánica, que no solo afecta a la grasa corporal. Se sabe que tiene un componente metabólico e inflamatorio importante y que además hay una relación significativa con factores ambientales como la alimentación y el ejercicio físico.

Por otro lado, está ampliamente demostrado que la obesidad está asociada a mayor riesgo de morbimortalidad y de sufrir otras patologías conocidas como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, alteraciones en la fertilidad en personas jóvenes, hipertensión, hígado graso no alcohólico, y algunos tipos de cánceres entre otras. Y hablamos de pandemia porque un tercio de la población española sufre sobrepeso y casi un 20% obesidad, sumado a la estimación anual de 2,5 – 3 millones de personas que mueren en España por complicaciones asociadas a la propia obesidad y que se podrían prevenir con hábitos alimentarios y estilo de vida saludables.

Y por si fuera poco, a todas estas patologías, se le suma una nueva consecuencia: peor pronóstico en la evolución del coronavirus. Los datos de investigaciones recientes revelan que la obesidad agrava el pronóstico, no solo en personas de edad avanzada, también en la población menor de 60 años. De manera que podemos decir que la obesidad es un factor de riesgo suficiente para agravar la infección por COVID-19.

Aunque se necesitan más estudios para identificar los mecanismos exactos que asocian la obesidad con la susceptibilidad o severidad de la COVID-19, hoy sabemos que la obesidad predispone a peor ventilación respiratoria, menor capacidad pulmonar por la presión en el diafragma, y un estado de inflamación crónica, que se asocia a un sistema inmune debilitado o alterado. Esto se relaciona a su vez con una peor respuesta frente al virus, aumentado el estado inflamatorio, no solo a nivel respiratorio, sino también en otros órganos. 

En base a estos resultados, algunos investigadores sugieren que se incluya a las personas con sobrepeso u obesidad como población de riesgo, para hacer un seguimiento más exhaustivo frente a un posible repunte del virus.

Por todo ello, es importante que, a las medidas higiénicas, de seguridad y distanciamiento establecidas para prevenir y reducir el contagio, sumemos también el control de peso. De hecho, entre las medidas de prevención propuestas por investigadores norteamericanos, en primera línea se encuentran, entre otras, la reducción de peso de la población general, la mejora de hábitos alimentarios, el aumento del consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales, el incremento de ejercicio físico y la restricción de alcohol y tabaco.

Esto es importante a nivel de toda la población general, cobrando más importancia en aquellas Comunidades Autónomas donde se observa mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad, como sería el caso de Castilla y León. La Comunidad ocupa el 5º lugar en el ranking de sobrepeso en adultos, con un 39,2% de la población, por detrás de Murcia (45%) Galicia y Ceuta (41,4%) y Melilla (40%), siendo la media de España de 37%. Además, es más prevalente en hombres que en mujeres.

En el caso de obesidad, que sería el siguiente nivel del sobrepeso, los datos, aunque más alentadores -ya que Castilla y León sería la Comunidad con menos porcentaje de obesidad- siguen siendo preocupantes: un 13,2% de la población adulta y un 5,6% de menores de 18 años, presentan obesidad, siendo la media de España 17% para adultos y 10% para menores.

Con estos datos, es muy importante incidir en la población con sobrepeso, ya que con una intervención nutricional adecuada, se puede evitar que acaben desarrollando obesidad, donde las complicaciones son más graves.

¿Cómo hemos cambiado nuestros hábitos durante el confinamiento?

Según los datos publicados por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), se observó que, tras un mes de confinamiento, las compras de cerveza habían aumentado el 86,5%, las de vino el 73,4% y las de bebidas espirituosas el 93,4% respecto al mismo periodo de 2019, datos que revelan que hemos traslado el consumo de alcohol en un entorno social a los hogares. Otros análisis indicaban que había aumentado significativamente también la compra de levadura, harinas, mantequilla y azúcar, ingredientes principales de repostería. También había aumentado la compra de chocolate, snacks, pizzas precocinadas y gominolas.

Y aunque igualmente se estimó un aumento en la compra de frutas y verduras, los datos anteriores ponen en evidencia que los hábitos alimentarios durante el confinamiento no han sido los adecuados para mantener un buen estado de salud.

De hecho, se estima un aumento del sobrepeso y obesidad en los próximos meses.

¿Cómo podemos perder peso de manera adecuada?

Es importante destacar que no solo es cuestión de cómo perder peso, sino también de cuánto peso y en cuánto tiempo.

Uno de los principales errores, que además aumentan cuando se acerca el verano, es la búsqueda de soluciones rápidas para la pérdida de peso. Esto hace que mucha gente recurra a productos adelgazantes o dietas muy restrictivas que prometen una bajada de peso rápida. Sin embargo, son muy arriesgadas ya que además de no ser eficaces, tienen efecto rebote y pueden provocar deficiencias nutricionales.

En general, la pérdida de peso brusca, de manera descontrolada y sin supervisión profesional, ha demostrado tener efectos negativos sobre la salud y el metabolismo. Por eso, es muy importante que cualquier persona que quiera bajar de peso o cambiar de hábitos alimentarios lo haga en manos de profesionales adecuados, dietistas-nutricionistas para conseguir una reducción saludable y aprender a comer.

¿Cómo debe ser la alimentación adecuada para mantener un buen sistema inmunitario?

Aunque no existe la dieta ideal para curar ninguna patología, ni tampoco para el coronavirus, lo que sí se ha demostrado es que existen determinados nutrientes que nos ayudarían a tener un buen sistema inmunitario y ayudarnos a mantener un buen estado de salud, preparado para todo. Para ello, la alimentación tiene que ser rica en vitaminas (A, C, E B6, B12 y D, que podemos encontrar en frutas, verduras y legumbres) y minerales (como el zinc, hierro y selenio que conseguimos al ingerir alimentos de origen animal y verduras). También es importante aportar omega 3 y no olvidarnos de la actividad física diaria, evitando siempre que sea posible los alimentos y bebidas ricos en azúcares y grasas.

 En Recoletas, disponemos de la especialidad de Nutrición, donde trabajamos con nuestros pacientes por adquirir un estilo de vida saludable y así correr un menor riego de padecer cualquier enfermedad asociada al sobrepeso o la obesidad.

Cualquier duda o consulta que tengas, puedes contactar con nosotros estaremos encantados de atenderte.

Paula Crespo

Nutricionista Hospital Recoletas Campo Grande

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