Ganar peso durante el embarazo es algo normal y necesario para el desarrollo normal del feto. La mayoría de las mujeres pierden la mitad del peso del bebé hacia las 6 semanas después del parto. El resto generalmente se baja durante los siguientes meses. Una dieta equilibrada, el ejercicio físico diario y la lactancia ayudan a conseguirlo.
La cantidad de peso que se debe aumentar no es una cuestión generalizable y depende de las necesidades nutricionales de cada mujer, de su actividad y de la fase del embarazo. En general la dieta durante el embarazo ha de ser equilibrada, pobre en grasas, rica en proteínas, frutas y verduras y lácteos preferentemente desnatados. Es y es necesario acudir al obstetra para que realice los controles rutinarios a la embarazada, de modo que compruebe que todo se desarrolla correctamente, y la ganancia de peso está siendo adecuada.
Tras el parto, se recomienda no empezar ningún plan de adelgazamiento hasta la sexta semana, que es cuando se realiza la revisión por parte del ginecólogo. Es importante trasladarle las dudas, ya que hay ciertos alimentos que no se deben dejar de consumir, especialmente si se escoge dar el pecho al bebé.
Una vez se haya terminado el puerperio (o cuarentena, como se llama popularmente), y sólo en caso de que el médico comunique que todo evoluciona como debe, se puede programar una dieta en la que se pierda peso de forma controlada, no perdiendo nunca más de medio kilo a la semana. Es fundamental que sea un plan razonable, con objetivos a medio plazo (de seis meses a un año volver al peso anterior al embarazo), ya que la pérdida drástica de peso no es saludable, y el cuerpo necesita su tiempo para recuperarse. Si se está dando el pecho, es muy importante esperar hasta los dos meses para bajar de peso y hacerlo poco a poco porque si se pierde peso demasiado rápido puede hacer que produzca menos leche. Además, se recomienda que sea una dieta que sin restricción calórica, es decir, que no esté por debajo de las calorías mínimas que necesita la mujer.
En definitiva, es imprescindible recuperar el peso de forma saludable, y acudir al ginecólogo para que lleve un seguimiento durante el embarazo y post-parto. Él será el que mejor indicará a la mujer recomendaciones de forma personalizada para que pueda perder peso de forma saludable y sin que ello pueda afectar negativamente ni a ella ni al bebé.
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