Incontinencia urinaria, ¿cómo la trato?

La incontinencia urinaria (IU) es la pérdida involuntaria de orina, en mayor o menor cantidad y frecuencia. Según los estudios, afecta a ambos sexos, aunque son las mujeres las que más la presentan. Actualmente se estima que afecta al 30% de las mujeres de mediana edad y a la mitad de las ancianas. La Asociación Española de Urología calcula que, sólo en España, la incontinencia urinaria afecta a tres millones de mujeres. Con un diagnóstico adecuado, casi todas las IUs se pueden tratar.

En la mayoría de los casos, la incontinencia se produce por un debilitamiento de los músculos del suelo pélvico que mantienen cerrada la uretra. Cuando pierden su elasticidad, actividades cotidianas como reírse, toser, levantar peso y correr, pueden causar pérdidas de orina. Sin embargo, estos músculos se pueden fortalecer de nuevo. En el caso de las mujeres, las causas principales de la incontinencia se derivan de los cambios que se producen en el embarazo, el parto y la menopausia.

Tipos

Incontinencia urinaria es un término muy genérico, y en realidad existen distintos tipos. Entre ellos, los más frecuentes son:

  • Incontinencia de esfuerzo: en este tipo de IU se pierde orina a causa de un esfuerzo físico, como reír, toser, estornudar, o levantar peso. Es el tipo más común de IU femenina. Se produce por el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico que soportan la vejiga. Los ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico pueden ser de gran ayuda.
  • Incontinencia de urgencia: es la pérdida de orina precedida por un deseo intenso e inmediato de orinar no se puede  controlar la pérdida antes de llegar al baño. Este tipo de IU está relacionada con que los músculos de la vejiga se contraen aunque no esté llena y fuera del “control voluntario”. En algunos casos puedes ‘entrenar’ tu vejiga para evitar este comportamiento.
  • Incontinencia mixta: es un tipo de incontinencia que presenta las características de las dos anteriores, es decir, la sensación de micción imperiosa y no controlada y también causada por un esfuerzo físico.
  • Incontinencia por rebosamiento: en este tipo de IU la persona tiene pequeñas pérdidas continuas de manera inconsciente. Está asociada a una vejiga muy dilatada, por obstrucción e imposibilidad de vaciado completo. Puede ocurrir por una obstrucción (es muy típico en los hombres con el aumento del tamaño de la próstata) que impide el paso de la orina, por lo que la vejiga se va dilatando hasta que no puede más y se produce el rebosamiento. También puede suceder porque el nervio que debería activar el músculo que vacía la vejiga (que se llama detrusor) esté dañado por  determinadas  enfermedades o intervenciones quirúrgicas.

Tratamiento y recomendaciones

La IU no es una enfermedad grave que ponga en peligro la vida del paciente, pero  puede deteriorar significativamente la calidad de vida de quien la padece. Existen distintas alternativas de tratamiento en función del tipo y el grado de incontinencia, que incluyen recomendaciones generales como son las medidas higiénico-dietéticas y cambios en los estilos de vida que resumiremos ahora, fisioterapia, uso de dispositivos vaginales, fármacos  o cirugía.  Cada persona requerirá un tratamiento específico para su caso, pero hay  una serie de recomendaciones generales que pueden ayudar a reducir las pérdidas  de orina:

  • Evitar beber grandes cantidades de agua.
  • Evitar la ingesta de alcohol, cafeína y algunos alimentos como la alcachofa o los espárragos, ya que son diuréticos.
  • Adelgazar si existe sobrepeso, se ha demostrado que aumenta la IU.
  • El control de la vejiga puede mejorar fortaleciendo el suelo pélvico, mediante ejercicios de Kegel.
  • Llevar una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento y tratar la tos en caso de existir ya que hacer esfuerzos abdominales puede aumentar las pérdidas.
  • Dejar de fumar. La IU es más frecuente y más grave en las personas que fuman, aunque se está investigando aún por qué mecanismo se produce esta relación.
  • Llevar ropa cómoda y holgada.

La IU es un problema relativamente frecuente y que tiene un considerable impacto sobre la calidad de vida de las personas que la padecen, y sin embargo tan sólo un 20% de ellos busca ayuda médica. Es muy importante diagnosticar bien el tipo de IU  y las causas para orientar el tratamiento. Bien diagnosticadas, la mayoría de IUs se pueden tratar. Por este motivo, en caso de padecer pérdidas de orina, se recomienda acudir a un ginecólogo o a un urólogo para que realice un estudio médico y poder tratar el problema adecuadamente.

Recoletas Red Hospitalaria

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