La pastilla o píldora anticonceptiva es un tipo de anticoncepción en forma de pequeñas tabletas que se toma diariamente, idealmente a la misma hora.
La píldora se basa en la utilización de hormonas para regular o detener la ovulación y evitar el embarazo. Según el tipo de hormonas que se usan, las píldoras pueden tener distintos mecanismos: evitar la ovulación e impedir que el esperma llegue al óvulo, engrosando el moco cervical o afinando el tejido que recubre el útero.
La mayoría de píldoras anticonceptivas contienen dos tipos de hormonas femeninas: el estrógeno y la progesterona. Las hormonas presentes en las píldoras son de origen sintético, es decir, elaboradas en un laboratorio a semejanza de las secretadas de forma natural por el ovario. Sin embargo, en la actualidad ya podemos encontrar algunas píldoras con estrógeno natural.
Una de las principales preguntas que surgen a las mujeres a la hora de escoger un método anticonceptivo es qué diferencias hay entre ellos y cómo afectarán a su salud. Indudablemente, la idoneidad de un método anticonceptivo u otro dependerá de la salud en general de la mujer, su edad, sus preferencias, la frecuencia de actividad sexual y la cantidad de parejas sexuales que tenga, su deseo de tener hijos en el futuro y los antecedentes familiares de determinadas enfermedades, por lo que lo mejor es consultar con tu ginecólogo cuál es el que mejor se adapta a ti.
Los dos métodos anticonceptivos más habituales son el preservativo y la píldora. En el caso de la segunda, la principal diferencia que podemos encontrar entre las distintas píldoras anticonceptivas que existen en el mercado es la composición y las dosis de hormonas, que nos permite distinguir fundamentalmente entre dos grandes tipos de píldora anticonceptiva.
La píldora anticonceptiva oral combinada contiene diferentes combinaciones de estrógenos y progesterona.
Las píldoras COC, además de ser un método anticonceptivo fiable, cuentan con otros beneficios médicos como la reducción del dolor menstrual y el síndrome premenstrual, y la regulación de los ciclos menstruales, con reglas más cortas y menos abundantes o el tratamiento dl acné o de la endometriosis.
Dentro de las píldoras anticonceptivas combinadas encontramos 5 tipos:
Estas píldoras son comúnmente conocidas como mini-píldora y tienen la particularidad de que sólo contiene un tipo de hormona y no contienen estrógeno. Se usa como alternativa para mujeres sensibles al estrógeno, y como mecanismo de acción pueden interferir en la ovulación, en la formación de moco o en el desarrollo folicular, dependiendo de la dosis..
La píldora combinada es ligeramente más efectiva que la píldora sólo progesterona.
Los efectos secundarios varían según si se trata de la píldora combinada (píldora) o la sólo progesterona (mini-píldora) y de la dosis de hormonas que contiene cada pastilla.
– Dolor de cabeza
– Molestias estomacales
– Dolor de senos
– Cambios en el periodo menstrual
– Cambios en el humor
– Aumento de peso
– Hipertensión
– En los casos más severos: coágulos, accidentes cerebrovasculares, ataque cardíaco.
– Aumento de peso
– Dolor de senos
– Dolor de cabeza
– Náuseas
– Al carecer del estrógeno de las píldoras combinadas, las píldora de progestágeno solo no está asociada con un incremento del riesgo de trombosis venosa o enfermedades cardiovasculares.
Si los efectos secundarios derivados de tomar la píldora perduran tras el tercer ciclo, se recomienda consultar con el ginecólogo para estudiar su posible cambio.
Asimismo, si experimenta dolor abdominal severo, dolor severo en el pecho, respiración entrecortada, vértigo, pérdida de sensibilidad, problemas de visión o dolor severo en las piernas también se aconseja acudir al especialista.
En la mayoría de casos la píldora anticonceptiva no supone riesgos graves para la mujer que la toma. Sin embargo, en algunos casos concretos se desaconseja tomar la píldora combinada (con estrógenos) y se recomienda recurrir a la píldora sólo progesterona (mini-píldora). Estos casos son:
– Obesidad
– Antecedentes de coágulos sanguíneos, cáncer de mama, hígado o endometrio.
– Mujeres lactantes (se recomienda no comenzar el tratamiento antes de 6 semanas tras el parto)
-Mujeres fumadoras
– Mujeres con la tensión alta
Cabe recordar que las píldoras anticonceptivas no protegen frente al contagio de una enfermedad de transmisión sexual, por lo que el uso de preservativo seguirá siendo necesario para su prevención. Además, se recomienda utilizar un método anticonceptivo complementario en caso de vómito o diarrea o si otra medicación altera la efectividad de la píldora durante el tratamiento, ya que podría perder su efectividad. Ante cualquier duda, acude a tu clínica ginecológica de confianza y consulta con tu médico.
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