Actualización técnica: ¿Qué es la tos ferina y qué está pasando con las vacunas en embarazadas?

¿Qué es la tos ferina?

La tos ferina es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias que afecta principalmente a niños de corta edad. Se caracteriza por episodios paroxísticos de tos, seguidos de una inspiración ruidosa característica.

El agente responsable principal es  una bacteria llamada Bordetella Pertussis, que afecta sólo al ser humano. La enfermedad se transmite por las gotitas expelidas al toser y es muy contagiosa, hasta el extremo de que el porcentaje de afección familiar alcanza el 80-90% de los miembros susceptibles. Esta cifra es, probablemente, la más alta de las enfermedades bacterianas, y sólo comparable a las del sarampión y la varicela, ambas víricas.

¿Una enfermedad de niños?

Aunque los adultos también pueden contraerla, es mucho más frecuente y más grave en los niños y es más grave cuanto más pequeño es el niño, de manera que el 70% aproximadamente de los casos mortales se producen antes del primer año de vida. Los primeros 6 meses de vida son por tanto los más receptivos y los más graves.

Hasta en el 84% de los casos la fuente de infección de la tos ferina en el lactantes un familiar con el que vive, los padres en la mitad de los casos. Esto se debe a que ni la vacunación ni haber pasado la enfermedad proporcionan una inmunidad permanente.

¿Se puede prevenir?

La única posibilidad efectiva para prevenir la enfermedad es la vacunación. Se utilizan vacunas mixtas (dTpa), que inmunizan de difteria, tétanos y tos ferina.

Dado que la enfermedad es tanto más grave cuanto menor es la edad del niño, se recomienda administrarla lo más precozmente posible. Actualmente se vacuna a los 2, 4, 6 y 18 meses. Se administra una dosis de recuerdo a los seis años.

¿Qué pasa con los menores de dos meses? Vacunas en las embarazadas.

Los intentos de vacunación en los primeros días de vida se abandonaron porque no conseguían una respuesta suficiente de anticuerpos y resultaban inútiles. Así pues, hasta ahora los lactantes menores de dos meses no se encuentran inmunizados en un periodo en el que la enfermedad alcanza su máxima receptividad y gravedad.

La vacunación frente a tos ferina en gestantes a partir de la semana 28 previene la enfermedad en el recién nacido, ya que éste recibe los anticuerpos de la madre. Esta fue la principal conclusión de un informe de un grupo de expertos en vacunas dependiente del Ministerio de Sanidad, que en junio hizo una recomendación al respecto. Sin embargo, la generalización de la vacunación en  gestantes plantea dos problemas: uno de coste y otro de disponibilidad: este año no hay vacunas por un problema de abastecimiento mundial.

La mayor parte de las Comunidades Autónomas ha incluido ya la vacunación de embarazadas en el calendario de vacunas. Ante la falta de vacunas, el Ministerio por una parte ha conseguido una partida extra de 60.000 vacunas y por otra ha recomendado dejar de vacunar a los niños de 6 años para vacunar a embarazadas. Parece una buena opción, teniendo en cuenta que la dosis de 6 años es de recuerdo y se puede aplazar, según los expertos, y que la enfermedad es más grave en el primer año de vida.

¿Qué ha pasado este año? ¿Hay una epidemia de niños afectados?

Los datos epidemiológicos provisionales* dicen que no existe ninguna situación de alerta o de brote. Se da un ligero aumento de casos respecto al año pasado aunque con algunas variaciones entre comunidades y geografías (que también suceden en la gripe por ejemplo), pero no hay un aumento en la mortalidad. Los registros oficiales entre los años 1998 y 2013 (el último disponible*) ofrecen un rango de entre cuatro y ocho niños menores de tres años muertos por tos ferina al año. Los cuatro fallecidos conocidos a finales de noviembre es una cifra dolorosa, pero no es superior a la de otros años.

*Son datos provisionales porque los oficiales de mortalidad son publicados por el Instituto Nacional de Estadística con un año de desfase, es decir a principios de 2016 se conocerán los datos oficiales de mortalidad por tosferina de 2014.