Durante el embarazo, la mujer debe estar alerta sobre distintas infecciones que podrían afectar al feto, siendo la toxoplasmosis una de ellas. Aunque la infección es generalmente una enfermedad leve como una gripe, es peligrosa durante el embarazo ya que, en ocasiones, el parásito puede infectar la placenta y al feto y producir consecuencias graves.
¿Cómo se transmite?
La toxoplasmosis es una enfermedad ocasionada por un parásito microscópico denominado toxoplasma gondii. Se considera una zoonosis, es decir, una enfermedad cuya vía de transmisión va desde los animales a los seres humanos mediante diferentes mecanismos de contagio: la ingestión o manipulación de alimentos y agua contaminados (fundamentalmente verduras crudas sin lavar o lavadas inadecuadamente y carnes crudas o poco cocinadas) o la manipulación tierra contaminada con heces de animales portadores (como la tierra del huerto o la arena de los gatos).
¿Cómo puede afectarnos a mí o al bebé?
Afortunadamente, son relativamente muy pocas las mujeres que contraen la enfermedad durante el embarazo y no todas transmiten la infección a sus bebés, además, en caso de contraerla, existen medicamentos que pueden administrarse durante el embarazo, a fin de minimizar la incidencia sobre el bebé.
La toxoplasmosis suele causar en la embarazada infecciones leves tipo gripe (fiebre, astenia, cefalea o dolores musculares, entre otros síntomas) o incluso asintomáticas que pueden confundirse con cansancio u otros procesos, pero en el feto la toxoplasmosis congénita puede llegar a ser grave y por ello es importante evitar exponerse a ella durante la gestación.
Las consecuencias sobre el bebé (lo que se llama toxoplasmosis congénita) dependen del momento del embarazo en que se contrae la enfermedad: cuanto menor es la edad gestacional, más difícil es para el parásito atravesar la barrera placentaria. Se calcula que el riesgo es del 15% en el primer trimestre, del 25% en el segundo trimestre y del 60% en el tercero. Sin embargo, la enfermedad es más grave cuanto antes se presente la infección, pudiendo llegar a provocar la muerte fetal o importantes secuelas neurológicas o ceguera.
También existe un pequeño riesgo de infectar al bebé si contraes la infección unos pocos meses antes de quedar embarazada. Si sabes que has contraído la infección recientemente, es recomendable que esperes 6 meses antes de intentar quedar embarazada.
¿Cómo prevenirla?
La higiene es fundamental para poder prevenir la toxoplasmosis. Aquí resumimos las recomendaciones frente a las principales vías de contagio durante el embarazo:
¿Por qué los gatos se relacionan con esta enfermedad?
Los gatos, tal y como hemos apuntado, no son los principales responsables de la transmisión de esta enfermedad, aunque están en el grupo de animales que son portadores de la misma y, por tanto, con riesgo de transmitirla. En caso de convivir en casa con un gato doméstico que sólo come su pienso o que en algún caso ha comido carne cocinada y no sale de casa ni tiene contacto con roedores u otros gatos, el riesgo es prácticamente nulo, dado que no habrá manera de que se contagie.
Para cualquier otra duda sobre la toxoplasmosis puedes consultar a nuestro equipo de obstetricia estará encantado de poder ayudarte.
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