El hipotiroidismo se define como la disfunción de la glándula tiroidea que supone que esta no produzca suficientes hormonas tiroideas provocando diversos síntomas y efectos en el metabolismo. Los más comunes son:
Pueden existir otros síntomas menos comunes o secundarios a estos, como el aumento del colesterol, la tensión arterial o molestias musculares. No obstante, el tipo de hipotiroidismo es fundamental a la hora de tener en cuenta el tratamiento nutricional. Puede estar producido por radiación, embarazo, extirpación de la glándula tiroidea, tumores hipofisarios o inflamación. La inflamación de la glándula puede provenir de infecciones, tratamientos o por un ataque del propio sistema inmune (autoinmunidad).
Este último es el caso de la Tiroiditis de Hashimoto, la causa más habitual de hipotiroidismo, que se caracteriza por la infiltración linfocitaria en la glándula que produce inflamación y destrucción del tejido por acción de los anticuerpos antiperoxidasa (anti TPO) y antitiroglobulina (anti Tg), principalmente (en el 10-15% de la población se observan anticuerpos negativos).
Esto supone una disminución en la secreción de hormonas tiroideas (t4) y un aumento de la TSH, que favorece su producción para compensarlo. El tratamiento farmacológico se basa en la toma de t4 (levotiroxina) para suplir su falta, pero su conversión a t3 (la hormona activa) y la disminución de la inflamación y la acción autoinmunitaria será fundamental para mejorar la sintomatología y disminuir el avance de la enfermedad. En este punto la alimentación juega un papel crucial, además de para tratar los signos y síntomas asociados.
Para potenciar la transformación de t4 a t3 será fundamental:
Por otro lado, trataremos de disminuir en lo posible la inflamación y la acción inmunitaria, para lo cual será necesario:
En cualquier caso, una alimentación saludable, variada y rica en nutrientes será la base del tratamiento
Por último, es fundamental tener en cuenta que para favorecer la correcta absorción de la levotiroxina (Eutirox) es imprescindible esperar de 30 minutos a 1 hora desde su toma hasta la ingesta de alimentos, y hasta 3 horas para ingerir soja o derivados, ya que influye en su absorción y efecto.
Por todo ello, la alimentación juega un papel muy importante en el tratamiento de esta enfermedad, y sería recomendable adaptarla a cada caso. En la Unidad de Nutrición y Obesidad Recoletas ofrecemos atención especializada e individualizada, teniendo en cuenta todos los factores que influyen y creando una alimentación adaptada a cada situación, que sea fácil y agradable para poder asegurar una buena adherencia.
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