A medida que se acerca el parto, las embarazadas empiezan a tener muchas dudas, sobre todo relacionadas con el dolor durante el parto; y la epidural suele ser el centro de su incertidumbre. ¿Qué es? ¿En qué consiste? ¿Tiene algún riesgo? ¿Cuándo debo pedirla? ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes?
En el hospital, el anestesista, dará a la gestante toda la información que necesite sobre la epidural, pero con el objetivo de resolver las posibles dudas al respecto. A continuación, damos respuesta a las preguntas más frecuentes.
La epidural es una técnica analgésica, es decir sirve para evitar que la embarazada sienta dolor produciendo un bloqueo sensitivo, pero no interrumpe las funciones motoras. Esto significa que la gestante sigue sintiendo las contracciones, aunque no le duelan.
La zona en la que se administra la epidural es un espacio diminuto situado en la columna vertebral, que se encuentra fuera de una membrana muy fina que recubre la médula espinal. Esta membrana se llama duramadre.
Para poder aplicarle la epidural, la embarazada debe colocarse sentada o acostada de lado, arqueando la espalda para que la aguja llegue más fácilmente. Una vez que la aguja se introduce, se administra la medicación por medio de un catéter. El proceso suele durar entre 10 y 20 minutos.
La complicación más frecuente durante la epidural es la denominada punción dural. Esto ocurre cuando debido a un movimiento brusco, la aguja rasgue la duramadre y el líquido cefalorraquídeo que contiene salga por el pequeño orificio que ha creado la aguja.
La consecuencia es un fuerte dolor de cabeza que aparece al ponerse de pie y desaparece al tumbarse. No es una complicación que suponga un grave riesgo ni para la embarazada ni para el bebé y con tratamiento, el dolor de cabeza desaparece en aproximadamente una semana.
Otras complicaciones posibles pero muy raras son las infecciones y los hematomas epidurales.
Para poder administrar la epidural es aconsejable que la gestante tenga dinámica regular y 2 cm de dilatación aproximadamente.
Asimismo, es cierto que cuando la gestante ya se encuentra en un estado muy avanzado del parto y se prevé que dará a luz en menos de una hora, administrar la epidural ya no tiene mucho sentido ya que sumando los 20 minutos que dura el proceso más otros 20 que tarda el anestésico en hacer efecto, el bebé ya habrá nacido o estará a punto de nacer.
En algunos casos concretos, la epidural está contraindicada. Estos son:
Aunque la epidural es la técnica más adecuada para aliviar el dolor del parto, existen algunas alternativas para que las mujeres que tienen alguna de las contraindicaciones mencionadas puedan tener un parto sin dolor.
A pesar de que no es muy habitual su utilización en nuestro país, algunas de estas alternativas son la administración de medicación vía intravenosa en una dosis muy pequeña para evitar los efectos secundarios en el bebé o la administración de anestésicos por vía respiratoria, aunque el alivio es moderado y puede producir cierta bajada de oxígeno tanto en el niño como en la madre.
En estos casos será el doctor quién aconseje a la gestante la mejor opción, de ser posible la utilización de alguna de estas alternativas.
La epidural es un método anestésico local que cada vez se administra a más embarazadas durante el parto y que no supone ningún riesgo grave, ni para la madre, ni para el bebé.
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Solicitar la epidural o no es una decisión personal que cada madre ha de meditar con calma durante el embarazo, optando por la alternativa que sienta más apropiada para ella y consultando sus dudas con su ginecólogo, ya que hay ciertas situaciones que, como hemos visto, contraindican este tipo de anestésico.
Tras resolver las principales dudas, recopilamos las principales ventajas y desventajas de este analgésico con el fin de ayudar a las futuras madres a tomar su decisión.
Desventajas del uso de la epidural
Sea como fuere, tal y como hemos comentado, el hecho de solicitar la administración de la epidural es una decisión personal de la madre, que al fin y al cabo es la que tiene que pasar por el momento del parto, y es libre de elegir cómo quiere vivirlo de acuerdo con sus preferencias y necesidades. Aunque la mayoría de las mujeres toma esta decisión durante el embarazo, es posible cambiar de opinión hasta el momento del inicio del parto.
Si estás embarazada y tienes dudas sobre el dolor durante el parto y la epidural, lo mejor es que consultes a tu ginecólogo para que responda personalmente todas tus cuestiones.
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